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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Economista

Es excelente que la economía haya crecido 4.25% en abril. Crecer a tasas similares o mayores es la única forma de abandonar el subdesarrollo. Sin embargo, para que la economía se siga expandiendo a ese ritmo urge una revisión fundamental de la política económica.

El motor del crecimiento de abril han sido los sectores primarios. La pesca se ha expandido en 154%, la minería e hidrocarburos en 9.3% y la manufactura primaria en 37.7%. En conjunto, los sectores primarios explican más de la mitad (2.54%) del crecimiento de abril. En efecto, sin contar la contribución de estos sectores, el resto de la economía sigue creciendo a una tasa anémica menor al 2%.

Así, la desaceleración está lejos de terminar para los sectores vinculados con la demanda interna. La manufactura no primaria y la construcción han vuelto a contraerse en -5.5% y -8.6%; la agricultura, con su enorme potencial de generación de empleo, ha caído -2.2%. Hay, además, una palpable crisis en las exportaciones no tradicionales que han retrocedido -19.2% en abril.

El mayor crecimiento de abril no ha ocurrido gracias a la política económica sino a pesar de la misma. La política monetaria de incrementar el crédito poco parece haber hecho por reactivar la demanda. La reticencia del Banco Central a permitir un dólar más alto aletarga las exportaciones no tradicionales. Pero es, sin duda, el inexplicable rumbo de la inversión pública el obstáculo principal a una recuperación más rápida de la economía.

En particular, el avance de obras públicas ha vuelto a caer en abril, esta vez en -20.1%. Es decir, en una coyuntura en que es obvia la necesidad de mayor dinamismo fiscal, no solo la inversión pública no levanta cabeza sino que la hunde. Y algunos datos adelantados son para el espanto: la inversión pública en vivienda, construcción y saneamiento habría colapsado en -77% en mayo, un desplome catastrófico para un país en tiempos de paz.

Es razonable que la minería se siga expandiendo y agregue un punto porcentual a la tasa de crecimiento del PBI total en el 2015. Es poco probable que la pesca repita su performance estelar en los siguientes meses debido a El Niño.

Pero la gran incógnita para el devenir macroeconómico del segundo semestre es la política fiscal. Si el MEF abandona su enigmático accionar y enrumba de una buena vez la inversión pública, la economía volverá a crecer a tasas mayores a 4%. Si no lo hace tendremos que resignarnos a tasas de crecimiento mediocres.