Juan Mendoza Pérez: El dolor del dólar
Juan Mendoza Pérez: El dolor del dólar

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Economista

El dólar se dispara. En la última semana el tipo de cambio ha llegado a los niveles más altos en 9 años. ¿Cómo nos afecta la devaluación? ¿Es apropiada la intervención del BCR? ¿Podemos hacer algo para protegernos?

El aumento en el dólar golpea directamente el bolsillo de los consumidores pues origina inflación. La razón es que hay muchos productos importados, como el maíz o el petróleo, que no tienen sustitutos domésticos. Entonces, cuando el sol pierde valor respecto al dólar cae el poder de compra de los consumidores nacionales. El 2015 la inflación superará el 3%, por encima del rango meta del BCR, pero no debido a errores en la política monetaria sino como consecuencia del dólar más alto.

Pero los efectos negativos del avance del dólar no se limitan a la inflación. En particular, un tipo de cambio más alto afecta la capacidad de pago de aquellas personas y empresas que tienen deudas en dólares e ingresos en soles. Así, una devaluación muy rápida del sol podría originar incumplimientos masivos de pagos en una economía en que 40% de las deudas están en dólares. Si ello sucediera habría una severa contracción en el crédito y nos encaminaríamos con seguridad a una recesión.

El alza del dólar es un fenómeno global que se explica por la inminente alza de tasas de interés en los Estados Unidos y por las crecientes señales de debilidad de la economía china. Debido a ambas razones los inversionistas se refugian en el dólar en busca de mejores y más seguros rendimientos para sus capitales. Ninguna moneda de la región ha escapado a la devaluación. El sol ha perdido 10% respecto al dólar en lo que va del año. Pero las monedas de Brasil y Colombia han retrocedido 35% en los últimos doce meses mientras que el peso mexicano ha caído 20% en el mismo período.

El Banco Central interviene en el mercado para impedir movimientos abruptos en el dólar. Esta política es la correcta. Sería un grave error dejar flotar libremente al dólar pues el nerviosismo en los mercados podría llevar a una depreciación veloz del sol con sus consiguientes nocivas consecuencias. Hay que dejar que el dólar aumente de forma gradual pues entonces se evita el pánico financiero y la recesión.

Estamos pagando los platos rotos de haber paralizado tantos proyectos mineros desde el 2011. Si hubiéramos actuado con un mínimo de sensatez estos proyectos estarían generando hoy valiosos dólares, el tipo de cambio estaría por debajo de los 3 soles y el dolor del dólar sería mucho menos agudo.