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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Mientras el gobierno sigue sin saber qué hacer con Chinchero hay claras señales de parálisis en la economía. Por primera vez desde el 2009 la demanda interna ha caído 0.3% en el primer trimestre al tiempo que el PBI, cuando se corrige por estacionalidad, está en un punto muerto. La inversión privada acumula 13 trimestres a la baja, la construcción y la manufactura no primaria se contraen 5.3% y 1.5%. En abril, las importaciones de capital y el consumo interno de cemento se han desplomado 14% y 9%. La debilidad en la demanda ha hecho que en mayo, en lugar de inflación, los precios hayan caído.

La economía ha sufrido dos shocks con PPK. El primero es el colapso en la inversión pública, que ha retrocedido 13% desde agosto en términos nominales, y es completa responsabilidad de esta administración. A nivel del gobierno nacional la caída en la inversión pública supera el 27%. El equívoco ajustón fiscal es la razón fundamental que explica la reducción en el crecimiento. El segundo shock es El Niño cuyos efectos se mostrarán en los datos de los meses venideros.

El gobierno es impermeable a las críticas. A quienes advertían sobre el fiasco de Chinchero, PPK les espetó: "a los criticones, cállense la boca y déjennos trabajar". Quizás oír a los criticones le hubiera ahorrado más de un sinsabor al gobierno. Hace meses que muchos sugerimos que la inversión pública debería aumentar en lugar de caer. Pero la inversión pública en el primer trimestre se ha reducido en 17%. Y en abril, según el INEI, la inversión del gobierno central sigue a la baja: -16%. Muchos han apuntado que el único resultado concreto de la reforma tributaria, dizque para formalizar, sería una menor recaudación. Y eso es exactamente lo que está ocurriendo: el IGV interno ha caído 2.8% en abril.

En lugar de gastar su escaso capital político y técnico en controvertidas adendas, ¿no sería mejor que el gobierno destrabara la inversión minera paralizada? Tía María es varias veces Chinchero. Y si no hay nuevas minas ni pensar en volver a crecer más de 5%. ¿Por qué el gobierno persiste en proyectos de rentabilidad social negativa como la Refinería de Talara y los Panamericanos? Talara cuesta $5,300 millones, más de 10 veces Chinchero, y es puro desperdicio porque no tenemos petróleo que refinar. Los Panamericanos son tirar $1,200 millones al mar para que algunos se tomen la foto. Mientras tanto Inés Melchor sigue pidiendo que le paguen su entrenador, policías y militares tienen pensiones de hambre, la anemia infantil sigue en 43%, y el dengue es un psicosocial.