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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El lunes, en RPP, el periodista Aldo Mariátegui le reclamó al congresista Arana por su irracional postura antiminera y su corolario, el daño que la paralización de esta actividad le produce al país. "Yo lo único que le pido al congresista Marco Arana es que dejen de obstaculizar la inversión minera, porque, gracias a ellos, la inversión en este país se ha parado", sostuvo. Arana respondió a esto con una acusación: "Bueno, tienes vínculos familiares con las mineras". Léase, tú tienes intereses, vínculos que significan un conflicto de intereses.

Mariátegui aclaró, para quienes siguen el debate, que su familia no tiene vinculación alguna con la minería, menos aun con los proyectos paralizados por el círculo antiminero del cual Arana forma parte. Esto lo puede confirmar cualquiera (lo hice ayer con una simple llamada): ni él, ni su padre o abuelo tienen o tuvieron intereses en el sector minero. La acusación de Arana es falsa.

No me llama la atención el reflejo del congresista Arana; es lo que suelen hacer quienes no tienen respuestas, no tienen correa o quienes tienen, escondido, un rabazo de paja. Este es el caso del congresista Arana.

Mariátegui le solicita a Arana que dejen de entorpecer al sector minero, clave para el desarrollo del país. Lo que Mariátegui olvida es que Arana sí tiene interés en que el sector minero se paralice. Arana fundó en 2002 la ONG Grufides, conocida plataforma de lucha contra la minería, tanto en Cajamarca como en otras zonas del país. Junto a otros antimineros paralizaron proyectos tan importantes como Conga, Cerro Quillish y Tambogrande. ¿Y de qué vive la ONG Grufides? Del aporte de personas, empresas y otras ONG extranjeras, y ojo, es una fortuna. Vean, si no, los registros de APCI. Ese es el vínculo e intereses reales que pasaron desapercibidos este lunes.

Por otro lado, si Mariátegui tuviera en realidad intereses en el sector minero, ¿esa es la respuesta que esperamos de un congresista?