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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Dentro de las muchas razones que ha brindado la coalición mediática de la pareja Humala-Heredia, ninguna tan absurda como la que sostiene el resurgimiento político de ambos gracias a la decisión del juez Concepción Carhuancho de otorgarles, a ambos, prisión preventiva.

Para empezar, así la sala revisora revoque la medida en unas semanas, el juicio por lavado de activos contra el ex presidente Humala y su esposa seguirá. De hecho, según la Fiscalía, están muy prontos de presentar formalmente la acusación. Pero ese es uno de los casos por los que la justicia peruana evaluará la conducta de este audaz dúo. Muy pronto deberíamos verlos desfilar por otros delitos en los que se les investiga; los crímenes de Madre Mía, la muerte de Fasabi, las presuntas corruptelas en los megaproyectos (en el Gasoducto del Sur, en particular, ya se tienen indicios sólidos), y así.

Mientras la pareja se mantenga atendiendo a los juzgados casi a diario, de no mediar un fallo en el camino, llegará a 2021 con un descrédito y nulas posibilidades electorales. Ni presentándose contra su hermano Antauro ganaría la presidencia. Si algún paralelo reciente podemos señalar, son los ex presidentes Toledo y García en las elecciones de 2016; el primero se quedó lejos de la valla (1.30%), y el otro la pasó con las justas (5.83%). Y ni García ni Toledo contaban con esta plétora de acusaciones.

Luego está, por si faltaba algo, el desastre que fue el gobierno nacionalista. Destruyó la economía, la institucionalidad en distintos espacios y en distintas formas, malgastó ingentes recursos en obras faraónicas con ningún beneficio para los más pobres (¿creen que los NSE D y E no entienden para qué se sobrevaluaron Talara, el Gasoducto o la Línea 2, el satélite y demás juguetes?), así como las tropelías en las Fuerzas Armadas y policiales que ya sabemos adónde nos llevaron.

¿En qué sustentarán su retórica política? ¿En que son perseguidos? ¡Si el 80% desea verlos presos! En fin…