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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Durante la segunda vuelta, con una mayoría fujimorista en el Congreso, los analistas señalaban los pros y contras de los escenarios finales; lo central, a fin de cuentas, se situaba en el balance del poder: si ganaba, Keiko Fujimori tendría en sus manos el Ejecutivo y el Legislativo, con lo cual cualquier manifestación de autoritarismo se podía convertir en realidad; si ganaba Pedro P. Kuczynski, el poder estaría balanceado, pero con limitada capacidad de acción.

Llegando al primer año del gobierno, vemos uno de los escenarios vuelto realidad, con la salvedad de que a muchos no les gusta el balance, o la forma como el fujimorismo cumple con dicho mandato popular. Nos guste o no, el balance del poder puede implicar climas políticos como el que vivimos; dicho sea de paso, ocurre en sociedades más desarrolladas que la nuestra y llega, incluso, a situaciones peores. Bélgica, entre 2010 y 2011, estuvo 589 días sin gobierno constituido. España, de igual manera, estuvo sin gobierno constituido por casi un año entre 2015 y 2016. Estados Unidos, cuando el gobierno no tiene mayoría en el Congreso, tiene cismas recurrentes (recordemos que en 2013 casi se paraliza el gobierno federal por diferencias respecto al presupuesto 2014).

Que oficialismo y oposición no tengan la mejor de las relaciones no debiera llamarnos la atención en una democracia donde la competencia política es tan abierta. Y si se trata de analizar, fríamente, los últimos 10 meses, pues las cosas más importantes (se constituyó el gabinete Zavala, se aprobó la delegación de facultades y el presupuesto) se sacaron adelante. El fujimorismo ha jugado muy duro (la censura de Saavedra, por ejemplo), pero el gobierno también ha aportado su cuota de crisis (la salida del ministro de Defensa, la renuncia del ministro Vizcarra, y ahora el famoso audio) y de enfrentamientos (Mesa Directiva del Congreso, elección del BCRP, etcétera).

La eventual censura del ministro Thorne escalará el enfrentamiento, sin duda; ¿hasta dónde llegaremos? Esa es la pregunta.