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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

En Rebelde sin causa, un joven y revoltoso Jim Stark, interpretado por James Dean, se muda a California y, por conseguir el respeto (y a la chica linda), se enfrenta a los guapos del barrio. Como imaginarán, la trama se define en un reto a muerte; en teoría de juegos, este reto se conoce como "el juego de la gallina": dos automovilistas se dirigen contra un acantilado a gran velocidad, y el reto es quién se mantiene hasta el final detrás del timón: el primero en saltar es una gallina, un cobarde. Y, como todo juego, este tiene soluciones: cada uno puede seguir y matarse (de llegar hasta el extremo y caer al precipicio), o tirarse del auto antes, quedando como un cobarde quien lo haga primero.

Este es el juego en el cual, aparentemente, se encuentran el oficialismo y el fujimorismo. En Rebelde sin causa, Buzz (el personaje que reta a Stark) se enreda en la puerta del auto, lo que le impide abrirla y saltar a tiempo. Stark se tira a último minuto para ver a Buzz salir volando por los aires, matándose en el impacto.

A diferencia de Jim y Buzz, el presidente Pedro P. Kuczynski y Keiko Fujimori han aceptado la invitación del cardenal Cipriani para encontrarse en su casa (un espacio neutral) y conversar. Es una gran noticia que ambos hayan aceptado la invitación, ya que hasta hace muy poco era inviable. Ahora queda por ver si de la misma sale algo positivo para el país; léase, si aceptan ambos cambiar el reto: quién es el rebelde sin causa, dispuesto a morir (estúpidamente) por probar su valentía, o el rebelde con causa, dispuesto a morir por el país.

Siempre son entretenidas las películas de riesgo y acción, pero en la vida real estos peligrosos juegos deben ser evitados. Más aun cuando están en el medio los destinos de millones de personas. Por ello saludamos la iniciativa del cardenal, y esperamos que ambos líderes aprovechen la ocasión. El Perú, sin dudas, les agradecerá un compromiso de gobernabilidad.