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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Una de las instituciones más importantes, y que requiere de una reforma inmediata e importante, son los partidos políticos. Los partidos políticos y el sistema bajo el cual operan y luchan por el poder son de crucial importancia para el desarrollo económico y social: canalizan las propuestas y demandas de la población, galvanizan estas detrás de luchas comunes, fungen de operadores y tecnocracia de llegar al poder, representan a masas, entre otros.

Nuestra partidocracia está herida de muerte. Más allá de lo que digan los que participan de estas agrupaciones, no han logrado representar e interesar a la ciudadanía. Las encuestas son demoledoras: solo el 1% de la población participa en algún partido político y solo el 10% confía en ellos (Datum).

Miremos a los 18 partidos que se encuentran en carrera electoral. ¿A cuántos de ellos podemos calificar, en el amplio sentido del término, como partidos políticos? Léase, con líderes, bases a nivel nacional, ideología, propuestas, batallas, etc. Cuento algunos, más allá de intención de voto y simpatías: Apra, Acción Popular, PPC, Perú Posible –que va por su quinto proceso electoral–… ¿y cuál más?

Fuerza Popular, que lidera las encuestas, es un partido reciente, creado bajo el legado del fujimorismo, pero no puede ser considerado un partido político en el sentido amplio. Del fujimorismo de los noventa queda muy poco, y de los 2000 también. Han cambiado los liderazgos, las ideas y seguro las bases. Es un partido casi nuevo.

Ni qué decir de Peruanos por el Kambio, Alianza para el Progreso, Todos por el Perú, y un largo etcétera. Si bien están muchos inscritos hace años, todos se han formado en los últimos meses: revisen las cabezas, el equipo técnico, las propuestas… todo gira alrededor de esta campaña.

Necesitamos, y pronto, cambiar las reglas de juego. Por supuesto, debemos esperar a que termine esta campaña y se elija al próximo gobernante, pero es necesario reformar este sistema cuanto antes. Las reformas (valla, exigencias, etc.) no han servido. Sin partidos, ¿cómo cambiamos?