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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Todos conocemos las cifras, y muchas sufren la realidad: la mujer, en el Perú, es sujeto cotidiano de maltrato físico y psicológico, pero también social e institucional. Por lo primero siento vergüenza, por lo segundo rabia.

Siempre existirán personas violentas, y tenemos que luchar con educación, tratamiento y justicia contra ellas; pero que el Estado termine participando como agente activo, facilitando y promoviendo en muchos casos dicha violencia, es algo que debemos exigir termine ya.

Recordemos dónde nace la marcha de hoy: en el hastío, la vergüenza y la irritación de toda la sociedad ante la pasividad de la justicia para defender a las mujeres de sus verdugos. El problema no es solo el agresor, sino también un sistema que casi, casi, lo protege. Y claro, después de ver pasar a su agresor por el sistema incólume, lo que le espera a la víctima es más violencia y más injusticia.

Un ejemplo. Este jueves, Joselyn (de 21 años y con 7 meses de embarazo) fue quemada y golpeada brutalmente en Cutervo; no obstante, sus lesiones fueron calificadas por el Ministerio Público como "leves", con lo cual el agresor volverá a su casa (NE: al cierre de esta edición, parece que la presión mediática y social cambiará dicho destino).

Este caso, lamentablemente, no es la excepción sino la norma. Otro ejemplo. El mismo jueves, en Tacna, el Poder Judicial dejó en libertad a un sujeto que desfiguró a su pareja (después de golpear a su hijo de 14 años que, además, es discapacitado). Aunque parezca increíble, ahí no acaba el drama. El jueves (sí, el mismo día) tres sujetos se escaparon de la carceleta del Poder Judicial en Lambayeque; de ellos, uno era procesado por lesiones y los otros dos por violación sexual.

En resumen: el fiscal minimiza, el juez libera y, si no libera, se escapan de la pena y se vuelven más peligrosos. Tenemos que hacer que estos casos sean el contraejemplo, no la norma. Por ahora, a marchar, pero se requiere de una reforma exhaustiva, amplia y definitiva para que cese el maltrato femenino.