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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Por la forma como la dictadura castro-chavista de Nicolás Maduro arremetió contra el poder legislativo venezolano, lo más probable es que se mantenga el statu quo por un tiempo sustancial; léase, que las facultades legislativas residan en el usurpador Tribunal Supremo de Justicia.

¿Hasta cuándo? Difícil de estimar, pero a la dictadura venezolana los estrategas cubanos le deben haber trazado una línea de acción dirigida a recuperar el poder legislativo para continuar su trayectoria sin los sobresaltos de estos últimos meses. Para ello deberán, entre otras cosas, limitar la libre participación política de los opositores, restringir la libre opción de los electores, hacer un masivo plan de comunicaciones, y así. Ya quedó demostrado, para la dictadura, que permitirle a la oposición hacerse de un poder es muy costoso, así que las próximas movidas irán dirigidas a recuperar dicho poder para seguir actuando impunemente (como toda dictadura que se precie de serlo desea).

Pasado el tiempo, queda claro que la dictadura castro-chavista no dejará el poder por la vía democrática, lo que significa que se atrincherarán bajo los distintos activos que les permite el poder. Para empezar, tienen el control de las arcas fiscales, lo que en Venezuela implica los recursos petroleros, ahorros y bienes privados, así como la emisión de moneda vía el Banco Central. No es poca cosa, si de comprar almas se trata. Luego está el poder militar. Para el golpe perpetrado es obvio que contaban con el apoyo de estos. Conseguir que se volteen los militares requiere de muchas cosas (activos, promesas de impunidad, etcétera), algo que la oposición no está en capacidad de brindar.

La oposición está neutralizada, y cualquier marcha o demostración pública será reprimida y minimizada por los medios locales. Los esfuerzos internacionales serán, igualmente, neutralizados por regímenes afines (Ecuador, Bolivia, entre otros), así como por la banal opinión de tetelemeques y asalariados (vean las declaraciones del ex presidente Humala, por ejemplo).

¿Qué puede hacer la oposición? En verdad, muy poco. Miren sino los resultados de dicha estrategia de represión e inteligencia en Cuba.