notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Pareciera que al presidente Kuczynski le han vendido la idea de que le debe algo a la izquierda. En dicha lógica, la izquierda fue indispensable para llegar al poder (¿?) y son ellos los que lo acompañarán y soportarán ante los embates del enemigo en común, el fujimorismo. Todo esto es funcional, por supuesto, al eje antifujimorista, pero no se soporta ni en lo político ni en la realidad para el gobierno.

Para empezar, no es cierto que la izquierda fue crucial para llegar a Palacio. A dos semanas de la segunda vuelta, cuando ya se había sumado la izquierda, la diferencia seguía siendo mayor al 6% (a favor de la candidatura fujimorista). La denuncia contra el secretario del partido y la lideresa, así como los entretelones posteriores, fueron los determinantes: zamaqueó el árbol y se cambiaron entre 7 y 8 puntos, dándole la victoria final a PPK por un margen de 2 puntos.

Luego está el supuesto apoyo de la izquierda al oficialismo. Si lo anterior es para alguien subjetivo, esto no soporta una mínima duda. Veamos los votos de la bancada del Frente Amplio en lo que va de la gestión ppkausa: dos congresistas fueron los únicos que se opusieron a la investidura del primer ministro Zavala, exigieron votar las facultades legislativas por ejes, se opusieron a la Ley de Presupuesto 2017, se abstuvieron en la interpelación al ex ministro Saavedra y al menos uno votó a favor de su censura, votaron en contra de la Ley de Reconstrucción, y promovieron y votaron a favor de la interpelación del ex ministro Vizcarra.

Es claro que a la izquierda le convenía acompañar a PPK hasta la puerta de Palacio, pero también es claro que fue hasta ahí nomás. Políticamente, al Frente Amplio (la izquierda legislativa) le conviene ser oposición, más aún de un gobierno ppkausa. Lo que no se entiende es cómo o por qué el gobierno los ve como potenciales aliados. Absurdo, sin dudas.