Juan José Garrido: Ideas sueltas

“Me encantaría ver a la dictadura chavista cayendo por medios democráticos (revocatoria, elecciones u otra manera), pero creo que ello no ocurrirá”.
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Uno. La destitución de la mandataria brasileña Dilma Rousseff es otra prueba de la decadencia moral del socialismo latinoamericano aupado en el Foro de Sao Paulo, aquella acertadísima creación de Fidel Castro para reemplazar a su entonces alicaído financista ruso.

Como en los ochenta, la caída de la izquierda latinoamericana no será por culpa del capitalismo, el neoliberalismo, el imperialismo yanqui ni ninguna de esas pavadas retóricas, sino por causas propias: la tiranía en el poder, la corrupción generalizada (el caso de Dilma, que parece que ya se olvidaron localmente), el populismo, el despilfarro, las mordazas mediáticas, entre otros. Por supuesto, en unos años crearán alguna fábula e identificarán a los culpables de turno, pero nosotros (que estuvimos al borde de caer en esas garras) recordemos bien a esta corriente de mandatarios. Uno nunca sabe por dónde renacerán de las cenizas.

Dos. El premier Fernando Zavala presentará la próxima semana ante el Congreso el pedido de facultades legislativas en al menos 5 materias. Si bien es cierto que a nivel mediático es la reducción del IGV lo que se ha llevado las portadas, son los temas de seguridad, corrupción y reactivación económica los prioritarios. Por ello, haría bien el gobierno en aprovechar los días previos para explicar y sociabilizar las propuestas. De hacerlo, permitiría a la opinión pública seguir el debate y, de ser el caso, ganar el apoyo de la ciudadanía ante una mayoría fujimorista.

Tres. Me encantaría ver a la dictadura chavista cayendo por medios democráticos (revocatoria, elecciones u otra manera), pero creo que ello no ocurrirá. Lamentablemente, las cosas se desbordaron hace mucho tiempo, y ni la dictadura ni la oposición lograron anteponer al país ante sus caprichos.

Si de probabilidades se trata, y más allá de que me guste o no, creo que la dictadura caerá en medio de un descomunal descontrol institucional (que ojalá no sea tan violento como suena). Maduro y Cabello son capaces de llevar esa insania tan lejos como los Castro. Ojalá me equivoque.

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