Uno. Increíble que un gobierno saliente (a menos de 30 días de entregar el cargo) se ponga a perseguir y acusar sin sustento a periodistas, peor aun bajo ese absurdo cargo de "revelación de secretos nacionales". Pero más increíble aun es que el ministro Valakivi no entienda la vergonzosa acción que realiza… ¿A nombre de quién? Pues, todos sospechamos de quién. Así termina el gobierno nacionalista: con el poder escondido moviendo los hilos hasta en el último suspiro. ¡Y pensar que era (¿es?) la carta de Mario Vargas Llosa en el 2021!
Dos. Muy positiva la visita del presidente electo Pedro P. Kuczynski a Chile. Por un lado, para tender puentes luego de la desastrosa gestión de este gobierno ante el impasse suscitado por el triángulo terrestre. Retomar el 2+2 es oportuno y una muy buena idea, ya que permitirá establecer nuevos parámetros de cooperación mientras el impasse se resuelve por las vías diplomáticas regulares. El gasoducto del sur, por ejemplo, que hoy no tiene gas en la boca y no tiene uso al final del túnel, podría ser puesto sobre la mesa (no como gas, obviamente, sino como energía).
Tres. Siguiendo con PPK, anunció ayer en Chile una reforma integral del sistema de pensiones. De acuerdo en que las medidas son "parciales y dañinas", pero también populares, y no por cortoplacismo peruano, sino porque el sistema era percibido como injusto y desequilibrado. Hay que hacer una reforma integral, sin dudas, y el equipo de Peruanos por el Kambio (PpK) tiene los expertos y las redes para presentar una propuesta holística. Pero, por favor, ¡qué beneficie a los jubilados! Parte del problema es que el sistema anterior pensaba más en las AFP y en el financiamiento de la infraestructura que en los jubilados.
Cuatro. El ministro Pérez Guadalupe hizo ayer un mea culpa. Como gesto, enhorabuena; pero en la realidad, la ineficacia de este gobierno ante el crimen común y organizado ha costado vidas. Lo peor, sin duda, de este quinquenio.