Juan José Garrido: Huele a gas

A partir de ayer, viernes 4, las tarifas eléctricas subirán 0.8% para todos los peruanos: en sus casas, sus oficinas, sus puestos, sus fábricas, cada foco, horno, computadora, máquina y así pagará casi 1% más en su tarifa anual. ¿Por qué?

Pues en sencillo, para pagar el Gasoducto del Sur, obra cuestionada por muchos y hoy bajo la lupa de la Contraloría.

Como recordatorio, habría que empezar por el gasto: la friolera de US$7,000 millones. Luego, la viabilidad del proyecto: no se tienen reservas probadas en la zona y no se tiene clara qué demanda cubrirá. No sabemos a la fecha si ese gasoducto (que transportará no sabemos qué gas) venderá finalmente gas o servirá, como desean algunos, para abastecer un proyecto de petroquímica (otros $5,000 a $7,000 millones), o si servirá para vender energía a Chile, o qué.

Y claro, si de recordatorios se trata, no podemos dejar de mencionar a la empresa adjudicada en el proceso: Odebrecht. Sí, la misma que en Brasil está involucrada en el caso de corrupción Lava Jato y cuyo presidente se encuentra detenido.

La Procuraduría peruana ha detectado, por ahora, cinco irregularidades en el concurso del Gasoducto del Sur: la irregular descalificación de un postor (ampliamente cubierto por Perú21 en su momento), cambio en las cláusulas finales, entre otras. Todo ello debiera llamar a la paralización del proyecto: por los visos de irregularidades, por los serios cuestionamientos del consorcio ganador, y porque el proyecto no tiene sustento técnico (reservas, para empezar).

Los peruanos tenemos que aprender de este caso, y mucho: por un lado, para que no nos vuelvan a vender cuentos; por otro, porque es plata que nos sacan de los bolsillos sin que les dé mucho asco. Y no sé ustedes, pero estoy harto de pagar impuestos para ver que nos siguen asaltando en cada esquina, que el Poder Judicial sirve para poco o nada, que nuestra educación y salud son paupérrimas. Y, encima, tengo que costear un proyecto que, en resumen, huele a gas.