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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

"Lo que yo quisiera de España es que conozcan mejor al Perú y atraer aquí grandes empresas constructoras, porque con el escándalo de Odebrecht, las brasileñas poco a poco pierden aquí relevancia e importancia, y necesitamos reemplazarlas", declaró hace unos días el presidente Kuczynski a su paso por España y, bueno, uno no puede sino preguntarse en qué rol brinda estas afirmaciones, como analista, banquero de inversión o presidente del Perú.

Para empezar, es conocida la corrupción del sector de las constructoras en España. Lo sabe un niño allá, y uno esperaría que lo sepa una persona entendida acá. Todas las empresas mencionadas por el presidente estuvieron envueltas en distintas denuncias por corrupción, la más llamativa el caso Bárcenas, donde se repartían sobres con efectivo provenientes de dichas constructoras (se calculan cerca de 3.5 millones de euros al Partido Popular); estas empresas, por cierto, se habrían adjudicado cerca de 6,600 millones de euros en obras, y siguen muchas de ellas en el banquillo de los investigados.

Si de corrupción se trata, no se puede establecer cuál es peor, si la brasilera o la española, lo que deja muy claro que no debemos entregarnos a ellas con tanta pasión y alegría. Por otro lado, tampoco se ve bien que sea el presidente Kuczynski, al que se le acusa de lobbista, quien las presente. Declaraciones como esta fortalecen dicha crítica.

También se le sindica como una persona carente de olfato político. Una vez más, sus recientes declaraciones sostienen dichos reproches; por ejemplo, al discutir (otra vez) el posible indulto al ex presidente Fujimori, o cuando critica al Congreso en el extranjero.

Cualquier presidente, en cualquier país desarrollado, cuenta con un gabinete experto de asesores, estrategas y comunicadores. Quienes conocen de cerca al presidente Kuczynski le reconocen sus cualidades de estadista y experto, pero también sus carencias en tino y moderación. Se vienen tiempos complicados, mayor razón para buscar alguna forma de filtro que permita aprovechar las fortalezas y neutralizar las debilidades.