Venezuela. Los embates de la dictadura chavista no cesan, y el problema es que, como están articuladas las cosas, lo más probable es que no cesen. En el plano interno, el gobierno mantiene en sus manos los principales recursos (dinero y armas); con ello se aseguran dos cosas: fidelidad y miedo. Si la oposición no consigue revertir dicha situación, es altamente improbable que las cosas cambien desde adentro. La correlación de fuerzas tiene que cambiar, y si un espacio es crucial es el militar y policial.
Por otro lado, el plano externo tampoco pisa el acelerador como debiera. El gobierno peruano, por ejemplo, podría ya haber llamado en consulta a su embajador. Imagino que el supuesto acuerdo al que llegaron ayer el gobierno y la oposición les brinda una cobertura para no tomar la decisión. Pero todo tiene un límite. ¿Cuántas veces más observaremos a la dictadura pisoteando los derechos de millones de ciudadanos sin levantar nuestra voz de protesta? ¿Creen, en verdad, que el supuesto "diálogo" será utilizado a favor de la democracia y no como una lavada de cara de la dictadura?
Comisión de Integridad. Una de las 5 propuestas del presidente Kuczynski para enfrentar la corrupción, y ya designado Eduardo Vega como presidente de la misma, tiene los 45 días contando. Por supuesto, no todos están entusiasmados con la idea (incluyendo algunos congresistas del oficialismo). No obstante, creo que la propuesta puede servir muchísimo. Me preocupa, por un lado, el plazo. 45 días para entender la magnitud del problema ya es muy poco tiempo; imagínense, ahora, lo que se requiere para producir soluciones a la altura del problema. Por otro lado, me preocupa la celeridad que pueda tener una comisión con tantas personalidades. Para entender la magnitud del problema se requiere levantar información, y para ello serán necesarias reuniones, y ello demanda tiempo. Mejor sería una comisión de pocos iluminados pero con un equipo bien dotado de técnicos. De lo contrario, tendremos un reporte que indique lo que ya todos sabemos.