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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

En el Apra le han bajado el dedo a Enrique Cornejo. Es obvio. ¿Suposiciones? Una es que serviría como pararrayos para los peces de talla mayor; otra es la lucha por el poder al interior de un partido (que se resiste a morir). Sea una u otra, Cornejo ha desafiado al poder; léase, a Alan García. Ha dicho, en entrevista con Patricia Quispe (publicada ayer en este diario), que Alan García es quien está detrás del "cargamontón" contra él. Y ha exigido, por si faltaban dudas del encontrón, que el ex mandatario García regrese "para que diga su verdad".

Claro, Cornejo también tendrá que decir su verdad ante las autoridades, porque los delitos admitidos por sus ex funcionarios podrían salpicarle. Sus palabras, sin embargo, pueden ser tomadas como un signo de la crisis interna. Para añadir leña al fuego, respecto al ex mandatario, el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, también ha ofrecido que caerán "los peces gordos".

Todos sospechamos que las coimas de las constructoras brasileñas no se quedaron en las manos de estos funcionarios de tercer nivel apresados en estos días; y como todo ha empezado con las obras relacionadas a la gestión aprista, pues no hay que ser muy diestro para llegar a la obvia conclusión de a quiénes se refieren.

Dicho todo esto, sería sano para el proceso, la ciudadanía y el propio ex mandatario Alan García, que retorne al Perú. Él, como sabemos, se ha instalado en Madrid con su familia, y entendemos todo lo que ello conlleva. Pero la situación lo amerita (al igual que con los ex presidentes Toledo y Humala). No solo por su cargo, sino por la abierta relación que mantuvo con la empresa, sus funcionarios, los jerarcas de la familia, y –por supuesto– las obras que se adjudicaron (y por las cuales hay dos encarcelados y un prófugo).

El ex presidente García ha dicho siempre que los funcionarios públicos deben enfrentar todo tipo de investigaciones. Muy bien. Pero desde España, pues la capacidad para acceder a sus testimonios es limitada. Sería una magnifica señal que vaya, como dicen en el poker, "all-in" (jugarlo todo).