Juan José García: La tormenta perfecta

Por costumbre, prefiero evitar entrar en el complicado campo de la futurología. Me siento más cómodo analizando datos concretos, en lugar de emitir conjeturas basadas en indicios. Sin embargo, debo dejar de lado ese hábito para hablar de tres fuerzas políticas que considero que son relevantes y están convergiendo en una tormenta perfecta en el país.

En primer lugar, la creciente decepción por parte de la población hacia los dos responsables del rumbo y situación actual del país: el oficialismo y el fujimorismo. Ambos, en lugar de jugar en pared e implementar las reformas institucionales necesarias para mejorar y consolidar el modelo que –pese a quien le pese– permitió reducir en 50% la pobreza en 10 años, se han dedicado a desgastarse mutuamente, perdiendo así legitimidad política. Valgan verdades, Keiko es la más destructiva.

En segundo lugar, existe una cada vez mayor participación de figuras radicales de izquierda en la escena política, cuyo accionar pronto tendrá en vilo a los más sensatos. Pedro Castillo, sindicalista magisterial vinculado al Movadef; Antauro Humala, autor del ‘Andahuaylazo’, que probablemente será liberado antes de 2021; Gregorio Santos, y Vladimir Cerrón son algunos nombres que escucharemos con regularidad en el futuro cercano. Esto sin contar a los siete terroristas próximos a ser excarcelados.Finalmente, la exportación del islam radical hacia América Latina por parte de Irán, y que se puede intensificar debido a su exuberante crecimiento (15% anual). Si bien suena jalado de los pelos, tengamos en cuenta que en Apurímac opera desde hace algunos años Inkarri-Islam, organización dirigida por Edwar Quiroga Vargas, etnocacerista autodefinido como musulmán-chiita y simpatizante del Hezbollah.

Solo con las dos primeras deberíamos temblar. Es hora de que Ejecutivo y Legislativo reaccionen. Las próximas elecciones regionales y municipales darán luces de lo que viviremos en 2021.