El Perú puede posicionarse como proveedor mundial de alimentos. (USI)
El Perú puede posicionarse como proveedor mundial de alimentos. (USI)

El 17 de agosto, el Ministerio de Salud (Minsa) publicó el Manual de Advertencias Publicitarias para alimentos procesados. La publicación del mismo, fiel copia de la guía chilena, fue celebrada por el doctor Elmer Huerta, quien considero oportuno “copiar cosas buenas” (RPP 22/08/17). Sin embargo, cabe preguntarse: ¿qué tan buena es la regulación de nuestros vecinos?

Lo más destacado es el hecho de que el 92% de los chilenos está de acuerdo con la obligatoriedad del etiquetado y que el 78% de los productos fiscalizados cumple con dicha disposición. Sin embargo, esto no es suficiente para evaluar el éxito de la regulación chilena.

En esta línea, la nutricionista chilena Katherine Larraguibel indicó en CNN Chile que el sistema de advertencias no ha servido para que el consumidor entienda información específica. Según la especialista, solo el 31% lee la información nutricional, y de ellos solo un tercio la entiende.

Si, además, consideramos el hecho de que en el Perú el consumo de alimentos procesados equivale solo al 16% (Produce), que el 39% de los peruanos come “al paso” varias veces a la semana y que el 67% cree que dicha comida “no hace daño” (McCann Worldgroup), es razonable pensar que nuestra actual regulación –en su versión chilena– es insuficiente para combatir la obesidad.

En este contexto y de acuerdo con un estudio que Contribuyentes por Respeto publicará en los siguientes días, es urgente mejorar dos puntos en la actual regulación: (i) el tipo de advertencias que se utiliza y (ii) la cantidad base sobre la que estas se emiten. A veces, hasta el más chancón de la clase se equivoca, por lo que copiarse de él, solo porque lo tenemos al costado, puede ser una mala idea.

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