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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

El Santo Padre validó largamente la constitución ilegal de Morales. Con semejante reafirmación, Morales le entregó la fusión cristiano-comunista en un golpe de mano mediático. Copió a Chávez cuando le entregó a Obama Las venas abiertas de América Latina con el propósito de pontificar y ganar propaganda. Pero Francisco no lo recibió bien y Morales, con astucia sobresaliente, se liberó de la autoría adjudicándosela falsamente al asesinado boliviano Luis Espinal –jesuita como el Papa–, hombre de izquierda –como es el mensaje del Papa– y "mártir por defender a los humildes" –como proclama el Papa–. Usando el nombre de Espinal, Morales creó una empatía discursiva y de orden religiosa que amarró al Sumo Pontífice.

El premio por sus homilías izquierdosas fue recibir un crucifijo más izquierdoso y con el diáfano mensaje de Morales: soy comunista. Recordemos que "izquierda" y "socialismo" son instancias utilitarias, tácticas, del comunismo. Cumplida la misión de captar masas y tomar el gobierno, el nombre utilitario de Movimiento 26 de Julio de Fidel Castro se transformó en Partido Comunista de Cuba cuando tomó el poder absoluto, en 1965. Entonces, es de manual que el socialismo del siglo XXI se bautice con nombres híbridos mientras siembra su camino hacia el poder absoluto. Lo raro es que el Papa no vea en Morales, Maduro, Correa y Castro este procedimiento —que es el modelo histórico de la Iglesia— de aprovechar los mártires del pasado para ganar simpatías, hacer revolución dizque por los pobres (guerra santa) y, cuando se tiene el poder, hacer Inquisición para imponer un Dios, un caudillo y una fe. Tal vez por mirarse demasiado en el espejo se olvide que al frente está la laguna donde uno se va a ahogar.