notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Hace poco, la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), en Turquía, condenó a Irán por "terrorismo". Rohani, de Irán, y el saudita rey Salman asistieron y declararon estar a favor de la paz, como es protocolar durante los conflictos. El enfrentamiento –aunque ambos son ultraconservadores– es aparentemente entre sunitas y chiitas, entre prooccidentales y prorrusos, entre Riad y Teherán. En los hechos, la guerra y sus parientes (la posguerra, el terrorismo y la casi guerra) están por todo el Medio Oriente.

Ahora bien, no olvidemos que, aunque sean negros y blancos, los alfiles enfrentan las batallas que escogen las manos que los mueven. Rusia se está posicionando en la región. Estados Unidos, con su estrategia de contención, consolidó su siempre primer objetivo: alejar el conflicto de su territorio. Europa está desorientada y sin capacidad efectiva de responder al hostigamiento en su territorio: migraciones masivas y guerra asimétrica. Tal vez su gran debilidad sea mirar todavía por el lente de la teoría política de mediados del siglo XX o bien refugiarse en la culpa; en ambos casos, incapaz de resolver la realidad a favor de sí y de las víctimas de esta pugna. Vivimos el enfrentamiento entre las últimas estribaciones de las mentalidades feudales (y tradicionales) como son el comunismo, algunos socialismos y el yihadismo, y, por otro lado, el Occidente moderno, dinámico en lo tecnológico y económico, pero que no ha actualizado la teoría política del capitalismo. Con el reciente levantamiento de las restricciones a Irán, fue ayer una alta comisión de la UE a abrir negocios.

¿Estarán a tiempo para seducir a los atávicos chiitas iraníes con el encantamiento de la prosperidad material, o la militancia terrorista antioccidental que estos han sembrado ya está suelta y seguirá hiriendo a Europa?