José Cevasco: El origen

Por momentos me siento hipócrita, y quizá muchos de nosotros también, cuando reclamamos mejores ciudadanos y hacemos poco para que sea así. La familia es la célula de la sociedad. Reclamamos ciudadanos hoy, que fueron niños ayer, pero ¿acaso no tendríamos mejores ciudadanos en el presente si la familia fuese fortalecida desde su origen?

Los requisitos que exigen las municipalidades para poder casarse son, entre otros, certificados de salud y domiciliario y pagos de tasas y publicaciones, pero no he leído nada que exija a las parejas que desean unirse un curso sobre la importancia de la familia y la responsabilidad que tiene en la formación de sus hijos como futuros ciudadanos de nuestro país.

Es fácil para los políticos, y me incluyo, pedir a los cuatro vientos mejores ciudadanos. Sin embargo, no existe hasta el momento alguna propuesta dirigida a fortalecer el núcleo familiar, que es la base de toda sociedad.

Es necesaria una política de Estado que establezca la obligación que toda pareja que desea contraer matrimonio reciba, por lo menos, un curso que los oriente a ser padres, y también prever los asuntos ligados a la violencia familiar, entre otros aspectos.

¿Cómo queremos tener mejores ciudadanos si no atacamos el origen, que es la familia?

Por los medios de comunicación donde transito cada vez que me invitan, digo y también escucho que el Perú necesita mejores ciudadanos, que sepan sus derechos, obligaciones, que estén bien informados para elegir mejores gobernantes, pero ¿dónde se forma el futuro ciudadano?

La escuela fortalece la educación de los hijos, pero, si el niño no tiene el cimiento que la familia da, estaremos arando en el mar.

Los gobernantes deberían establecer una política de Estado para que los municipios establezcan como requisito para contraer matrimonio un curso para que las parejas jóvenes conozcan lo serio que es la formación de un hogar. El país necesita mejores ciudadanos, y el origen está en la familia, y ese origen es el que debemos fortalecer.