José Cevasco: El odio

Su boca emanaba odio, sus ojos no hacían otra cosa que corroborar el sentimiento que tenía enraizado en su alma. El odio no era hacia alguien que le había hecho daño, tenía su fundamento en lo que da por cierto de lo que escucha por la radio, lee en los impresos y ve en la televisión. Es un odio de percepción más que de realidad. Esta descripción es la conclusión de una breve plática que tuve con un joven cuando intentamos analizar el rol del Estado sobre los contenidos televisivos.

Sentí tristeza al ver cómo el veneno del odio había calado en él. Quizá el joven no se da cuenta de que su inconsciente lo gobierna, que su forma de sentir es producto de los mensajes negativos que todos los días y, por muchos años, recibe de los que hacen política en nuestro país.

Si analizamos la política peruana durante los últimos 20 años, veremos que los políticos ganan la atención de la prensa y del electorado destilando odio en contra de su "oponente". Esta es la manera más cobarde y fácil de hacer política; con falta de ideas propositivas, atacando y difamando al adversario, como si la política fuese el arte de enlodar a los demás. Este joven ignora que sus sentimientos son gobernados por la información que proviene de la mayoría de líderes políticos.

Hoy vemos cómo se va armando la próxima campaña electoral sobre la base de la desconfianza del probable gobernante. ¿Esa es la manera de ganar una elección? ¿Acaso nuestros "líderes cortoplacistas" no reparan en el daño que le ocasionan al joven de hoy, cuya generación gobernará nuestro país dentro de algunos años?

Un viejo político me dijo: "Conmigo vas a aprender a hacer política, pero de la mala". Luego, entendí que se refería a la siembra de intrigas y falsas acusaciones, con el propósito de enlodar a su contrincante, y se justificaba diciendo "que demuestre que es inocente en el Poder Judicial". No quiero esa política ni a esos políticos. Quiero líderes que transmitan esperanza, que enseñen a ver la parte llena del vaso y que reconozcan los logros de su contrincante.