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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Fue un viernes tenso e intenso. Los medios informaban que la sesión del pleno del Congreso no se iba a realizar por la falta de quórum originada por la inasistencia de la oposición ante la negativa de la presidenta del Congreso a continuar con el trámite de un desafuero parlamentario.

La sesión era la más importante de esta legislatura; el gobierno iba a sustentar el pedido de facultades legislativas contra la inseguridad ciudadana y las medidas necesarias para la reactivación de nuestra economía.

La población, mientras tanto, observaba cómo los Pasos Perdidos del Congreso se convertían en un set de televisión; los ministros, los congresistas de un sector de la oposición y del oficialismo se esforzaban por justificar sus conductas.

Sin embargo, en ese instante, ¿qué sentía la población?, ¿qué interpretación les da el ciudadano de a pie a estos enfrentamientos?

La respuesta la obtuve de mis amigos vendedores ambulantes. El viernes al mediodía conversé con ellos. Todos coincidieron en que los políticos siempre están en riñas y peleas, que nunca se pueden poner de acuerdo y que lo que estaba pasando ese día era un asunto repetitivo, que los tenía aburridos hasta el hartazgo. Quizá, cuando nuestra clase política se enfrasca en sus riñas, la efervescencia y la pasión le hacen olvidar que están siendo evaluados por el resto de peruanos, cuya agenda es ingeniárselas para sobrevivir todos los días, muy distinta a la que tienen los políticos; paradójico si se quiere, pues el político siempre dice que trabaja a favor del ciudadano. Sin embargo, el pueblo no percibe para nada que esto sea así.

La encuesta de Ipsos, publicada por El Comercio el pasado domingo, nos dice que la población no está conforme con el accionar de nuestra clase política; quizá esta debería reflexionar y evaluar su conducta pública antes de seguir proyectando desorden y continuar enfrentamientos, que para el ciudadano común son "peleas de marcianos" situadas en las antípodas de la realidad machacante que a diario los agobia.