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José Cevasco: Los ascensos y Halloween

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Fecha Actualización
Hoy voy a ser mal pensado. El presidente Ollanta Humala ascendió a sus amigos y para ello modificó las normas de ascensos, reduciendo de 5 a 4 años la permanencia en el grado de general de brigada para que cuatro integrantes de su promoción asciendan a generales de división, es decir que ahora gente de su entera confianza estará a cargo de las divisiones –antes llamadas regiones– del norte, centro y sur, pasando a tener el control operativo de las fuerzas militares del país.

Hace poco un amigo me dijo: "El partido más antiguo del Perú y el más organizado se llama Ejército" y creo que tiene razón; y dentro de esa lógica, ¿cuál es el verdadero motivo que llevó al presidente a modificar las normas de ascensos? ¿Solo será un asunto de amistad o quizá exista algún móvil político detrás de ello?

Si dejamos a un lado la teoría del golpe militar, ¿cuál sería el móvil que tuvo el mandatario para acelerar el proceso de ascensos para sus allegados?

Sabemos que los miembros de las Fuerzas Armadas están en contacto permanente con la población, sobre todo de ciudadanos que pertenecen a pueblos y caseríos, donde no existen medios de comunicación y hay una total carencia de infraestructura tanto para trasladarse de un lugar a otro como para hacer algún tipo de denuncia, de ser el caso.

Sería descabellado preguntarnos ¿el presidente estará pensando en usar a los miembros de las Fuerzas Armadas para inducir el voto de los ciudadanos menos informados y con ello favorecer a sus candidatos al Parlamento, para poder lograr un mayor número de congresistas que puedan blindar y defender a su gobierno y reducir las investigaciones que caerán sobre algunos funcionarios del régimen y, por qué no, de su esposa?

Esta pregunta, que tiene algo de macabra, dada la cercanía de Halloween, ¿podría tener algún asidero en el inconsciente de un político desesperado?

Ignoro la respuesta, pero repito, hoy quise ser mal pensado.