(Atoq Ramón/Perú21)
(Atoq Ramón/Perú21)

Redacción PERÚ21

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Hoy, miles de peruanos tomarán las calles a nivel nacional para pronunciarse contra la violencia de género, en una movilización que podría ser la más importante de nuestra historia. Para entender cómo llegamos aquí y qué vendrá después, conversamos con Jimena Ledgard, una de las organizadoras de la marcha .

¿Podemos decir que la organización de la marcha ocurrió de manera espontánea?Es la palabra más ideal para describirla. Como haciendo una cronología: el jueves sale la sentencia de Adriano Pozo, el domingo armamos un chat entre varias mujeres y al mismo tiempo se armaron otros. Un clásico ejemplo de movilización de las redes a las calles. 'Necesitamos convocar a una marcha', dijimos y creamos el grupo original que se llamaba 'Ni Una Menos: Movilización Nacional Ya'.

Al cual se fueron sumando miles y empezaron los testimonios…El grupo cambió radicalmente porque, si íbamos a marchar contra la violencia, primero teníamos que reconocer a la cantidad de mujeres que han sido y son víctimas de violencia. No podíamos hacer una marcha hasta no establecer que la violencia no es un hecho individual sino un problema estructural. Una chica empezó contando su historia y eso abrió la puerta para que otras comenzaran a contar la suya.

¿Cómo valoras la importancia de esas voces?Fue una sorpresa para todos. El espacio se convirtió en un lugar de liberación personal. Lo que parecía ser una experiencia aislada, personal, individual, de pronto se empezó a reconocer como algo mucho más grande. Si tantas mujeres son víctimas de violencia, tantas sufren de acoso en sus trabajos, si tantas mujeres han sido víctimas de abuso, entonces no estamos hablando de un loco por ahí, una mala persona por acá o una mala experiencia, sino de un problema social real. Hay una estructura social que está permitiendo que esto suceda y además permite que suceda con impunidad.

¿Cómo se pasa de un chat a articular una movilización nacional?¡Nadie articula! Suena raro, pero es verdad. Entendimos la importancia de que las mujeres puedan autoconvocarse, autoorganizarse y generar sus propios mensajes políticos. Solo nos encargamos de los temas operativos más básicos de la marcha. Las mujeres hemos tenido que pedir permiso durante demasiados siglos para hacer casi cualquier cosa, entonces algo que no podía pasar en esta marcha era que alguien tuviera que pedir permiso para participar, organizarse y estar.

¿Cómo se manejan las fricciones en un grupo así de amplio?Creo que es inevitable. Sobre todo en un proceso tan grande. Pero finalmente la violencia es transversal a tu identidad política, tu procedencia social, tu ideología. Una mujer es víctima de violencia sin importar si es liberal o conservadora, sin importar si es fujimorista o del Frente Amplio. 'Ni Una Menos' no es un movimiento, son muchos movimientos que coinciden dentro del marco de esta marcha y cada uno seguirá su propio proceso.

¿Qué expectativas se tienen sobre lo que vendrá después de esta marcha?Creo que vamos a tener menos miedo de denunciar. Creo que muchos hombres van a ser conscientes del daño que sus acciones pueden generar. Si bien esta es una marcha apartidaria y no se ha invitado a ningún político ni a ningún partido, van a ir porque son libres de hacerlo y esa presencia los condiciona a asumir el compromiso de hacer suya la agenda para erradicar la violencia. El Perú va a dar un mensaje muy fuerte, muy claro: esto tiene que cambiar y las leyes tienen que empezar a ser cumplidas. Más de la mitad del país son mujeres, ¿por qué no es una prioridad nacional? ¿Por qué nos matan, nos golpean, nos insultan, nos queman, nos tiran ladrillos en la cara, nos hacen de todo y no es una prioridad nacional? Y, como anhelo personal… bueno, no tienes que definirte como feminista para estar en esta marcha, creo que eso es claro…

Pero tampoco debería tener una carga peyorativa serlo, ¿no?Espero que esta marcha ayude a eliminar esa carga peyorativa sobre el feminismo y que la gente empiece a preguntarse qué es. Entender cuál ha sido la importancia del feminismo en el último siglo. Eso me encantaría. Siempre decimos que, feminista o no, te violan igual y te matan igual. Pero sí espero que esta sea la puerta para un cambio en ese sentido, me encantaría.

¿Qué les dirías a todas las mujeres que van a marchar este sábado?Guau (ríe). Espero que esta marcha nos permita empezar a escucharnos entre mujeres. Que no sea flor de un día, que potencie nuevas formas de organización, nuevos movimientos, que le enseñe a las mujeres que no tienen que pedirle permiso a nadie, que si ven una injusticia pueden y deben actuar. Me encantaría que empiecen a reconocerse a sí mismas como agentes de cambio y que empiecen a aprender la historia de los movimientos de mujeres que nos han antecedido. Les debemos tanto a las mujeres que han luchado para que podamos votar, para que tengamos derecho a exigir un salario similar al de un hombre… y espero que comencemos a reconocer esa historia y ser parte de ella. Tenemos una responsabilidad histórica.

Autoficha

  • "Contar mis experiencias de violencia sexual fue una experiencia liberadora. Estaba harta de cargar un secreto de algo que otra persona me hizo. ¿Por qué tengo que sonreír y fingir que nunca he pasado por eso? Si alguien va a cargar con ese peso que sea el agresor, no yo".
  • "Tenemos que reconocer que todas las mujeres merecemos el mismo respeto, porque si no se corre el riesgo de excluir a otras mujeres —como las lesbianas o las mujeres trans— que también son parte de esta lucha".
  • "No solamente la mujer madre, todas las mujeres: la prostituta, la rebelde, la promiscua. Todas ellas merecen el mismo respeto. No solamente tu madre en un pedestal. No es porque es pura ni porque es sensible. Tenemos que eliminar ese mito también".

Nota del editor [08:58 am.]En la primera edición de esta entrevista hubo una equivocación. En la segunda pregunta se colocó la frase: "Por eso empiezo yo contando mi historia y se abrió la puerta para que otras comenzaran a contar la suya", cuando debió ser: "Una chica empezó contando su historia y eso abrió la puerta para que otras comenzaran a contar la suya". Se trató de un error de transcripción que ya fue corregido.

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