#JeSuisChina. (USI)
#JeSuisChina. (USI)

Las trincheras están definidas: por un lado, el presidente del Congreso ha convocado a sus seguidores y a las fuerzas que lo respaldan a boicotear a la revista Caretas por haber publicado la columna de Rafo León que firma la China Tudela. Galarreta cometió, reactivamente, un error inmenso: el boicot es, por supuesto, una medida que la ciudadanía puede usar en una democracia. Él, sin embargo, no es un ciudadano cualquiera. Es el presidente de uno de los poderes del Estado. No es aceptable un comentario como ese viniendo de su posición.

Por otro lado, la revista Caretas ha hecho de la China Tudela la punta de la falange del periodismo más incisivo. Qué tiempos los que tocan, China, que tu columna es lo más peligroso de Caretas –sin contar a la calata, claro–. La columna de León es un concierto de desatinos: recurre a lugares comunes, ciertamente poco creativos, para buscar risa. El tema, China, es que ser machista ya no es gracioso. Decirle –detrás de tu regio antifaz satírico– “puta” (así con todas sus letras lo dijiste) a una mujer no es aceptable en esta sociedad.

El problema de esta batalla es que los bandos operan bajo premisas equivocadas y el costo de ese error lo pagan los ciudadanos, que tendrían que acceder a una mejor prensa y poder elegir a mejores legisladores. Bajo ninguna lógica el Estado debe poder intervenir en el contenido que los medios de prensa difunden –ni antes, ni después de publicar–. La columna del viajero León me parece terrible, pero creo que tiene que poder decir lo que quiera. Creer en la libertad de expresión es defender el derecho del otro a decir lo que uno cree idiota.

León recibió una respuesta bien encajada en una columna de la congresista Chacón en El Comercio: bien argumentada y contundente, la columna de Chacón descubre a León. Lo único malo es que Fuerza Popular parece no haber leído el texto, porque Maritza García pasó bien piola después de decir que las mujeres pueden ser, en algunas ocasiones, culpables de los feminicidios. Ya después Galarreta se encargaría de embarrarla y recordarnos que el fujimorismo y la libertad de expresión cargan cicatrices. Pero la prensa también hizo lo suyo para devolver esta insania desatada.

Una portada de ayer ponía a Caretas como bastión de prensa en jaque. Y no pues. La catedral del periodismo que Caretas fue ya colapsó. Sin darse cuenta, se ha terminado pareciendo a la China Tudela: sosa, aburrida y canalla.

TAGS RELACIONADOS