Pese a que hay diversidad de posturas de izquierda, la “unidad” o “frente único” no son espontáneos o casuales, sino, responden a principios ideológicos y políticos, advierte el columnista. (Foto: GEC)
Pese a que hay diversidad de posturas de izquierda, la “unidad” o “frente único” no son espontáneos o casuales, sino, responden a principios ideológicos y políticos, advierte el columnista. (Foto: GEC)

Hace unos días Antauro Humala anunció alianza con Juntos por el Perú del exministro del golpista Pedro Castillo, Roberto Sánchez; asimismo, también se lanzó a la arena electoral el Rector de la Universidad de Ingeniería, Alfonso López Chau, con su partido Ahora Nación.

Por otro lado, el controvertido congresista José Luna Gálvez de Podemos Perú, anuncia alianza con Raúl Noblecilla y su movimiento Ciudadanos por la Democracia, el exmilitar Wilson Barrantes, Roger Najar y Luis Barranzuela, estos últimos relacionados con Pedro Castillo también. No dudamos que en los próximos días y semanas habrá más fusiones y también reacomodos. La izquierda (des)unida goza de buena salud.

Con estas acciones la izquierda está demostrando que son capaces de concentrarse en lo que los une y dejan de lado lo que los desune. Están enfocados en tomar el Congreso y desde allí controlar el futuro del país. Para la izquierda, hoy, “ganar” la Presidencia de la República es irrelevante y poco funcional para los propósitos de imponer sus “socialismos”.

Pese a que hay diversidad de posturas de izquierda, la “unidad” o “frente único” no son espontáneos o casuales, sino, responden a principios ideológicos y políticos. Por eso debemos recordar algunas frases interesantes del leninismo y el maoísmo que hoy nos pueden dar luces sobre lo que acontece.

Por ejemplo, la frase “marchar separados, pero golpear juntos”, que es harto conocido entre ellos para explicar por qué deben juntarse, y es, claro está, golpear al Estado y tomar el poder. Por otro lado, lo dicho por Mao Tse Tung en su obra El problema de la independencia y autodecisión dentro del frente único del Tomo II, págs. 219-23, que decía: “Para una cooperación a largo plazo es necesario que haya ayuda y concesiones mutuas entre todos los partidos y grupos políticos que forman el frente único; pero estas deben ser positivas, no negativas”. Más claro, ni el agua.

Otro texto que debemos recordar es el escrito por Abimael Guzmán en el llamado “Plan de construcción” de SL de 2004 que decía: “Sobre el frente: es importante vincularse con organizaciones populares o avanzadas (progresistas o democráticas). Incluso debe hacerse relaciones diplomáticas con organizaciones religiosas o de otros países u otras posiciones, hasta congresistas e intelectuales o gente de izquierda”. Cualquier parecido con la realidad, NO es coincidencia, y por eso “preñar” el Congreso de izquierdas, al parecer, no será problema para ellos.

Por eso nos sorprende que, hasta hoy, salvo pequeños movimientos, los grandes partidos de derecha y democráticos sean renuentes a la UNIDAD. No abandonar los celos y los egos políticos podría marcar la diferencia entre salvar el país o dejarlo caer en el abismo. Concéntrense en lo que los UNE y no en lo que los desune. Sí se puede.