Ivo Dutra, siete años después. (USI)
Ivo Dutra, siete años después. (USI)

Van a ser siete años desde la partida de Ivo Dutra. Fue atropellado el 6 de agosto de 2011 por una combi de Orión que, acelerando a fondo, se pasaba los semáforos en rojo y embestía a quien se cruce en su camino. José Ugaz defendió a sus padres y logró un fallo que podría catalogarse de histórico: la empresa debía pagar un millón de soles de reparación civil. Pero ese dinero nunca llegó. Orión declaró no tener activos y transfirió sus rutas para seguir comisionando a bolsillos llenos bajo otra persona jurídica, Holtrex. Los responsables mataron, se lavaron las manos y le sacaron la vuelta a la ley.

Este es el mejor ejemplo de la total impunidad con la que operan las empresas fraudulentas del rubro. Siete años después, todo se mantiene igual.

La cruzada de la madre de Ivo, Ana Camargo, para encontrar justicia ha sido incansable, pero esta no llega. Su caso se volvió el más conocido entre las víctimas del transporte de Lima. Aun así, teniendo el apoyo de periodistas, políticos y activistas, no ha tenido solución. Imagínense lo que ocurre con los otros cientos de casos que no tienen primeras planas. En Lima, lo que más mata son los accidentes de tránsito y la estadística se mantiene igual por años.

Un tiempo atrás, la urgencia de cambio estuvo en la agenda pública, pero ahora parece relegada. Nos hemos dormido, dejándonos someter por un sistema de transporte perverso y una informalidad teñida de ilegalidad, que, además, ha contado con el padrinazgo de la gestión castañedista que en cuatro años hizo poco o nada para cambiar la situación.

No olvidemos a Ivo, ni a los otros cientos de víctimas. Sus muertes se han podido evitar. Esperemos que llegue un valiente al sillón municipal que enfrente el problema de raíz y que, como sociedad, hagamos de este cambio una prioridad.