(USI)
(USI)

La prensa no es intocable ni incorruptible y es un mundo en el que hay mucho poder, odio, conveniencia y, pese a una crisis económica, mucho dinero. La prensa está compuesta por personas y, como en todos lados en el Perú, esas personas no son santas ni paladines de la verdad. Aunque hay periodistas serios y honestos, no me cabe la menor duda de que hay quienes están dispuestos a distraer su moral un rato y recibir plata a cambio de un favorcito o de alguna publicación por ahí.

Es así que veo con preocupación cómo se ha convertido a la libertad de prensa en un estandarte para evitar críticas, cuestionamientos o, incluso, escapar de investigaciones. La libertad de prensa es hoy un comodín para atacar, para callar y para escapar.

Cuando salió a la luz que la Comisión Lava Jato del Congreso iniciaba una investigación contra empresas de medios de comunicación, varios salieron a decir que estos son actos de hostigamiento y que se atenta contra la libertad de prensa y se viola el debido proceso. Consideran que se viola el debido proceso porque se les incorpora como parte investigada “sin contar con elementos probatorios que acrediten que los mismos hayan participado en hechos irregulares”, según un propio comunicado del Consejo de la Prensa.

Pues bien, las comisiones investigadoras tienen la facultad para investigar y para solicitar (no disponer) el levantamiento del secreto bancario y de las comunicaciones. Más aún, aunque el Congreso no es, para mí, un ejemplo de justicia (ni tampoco el Poder Judicial, dicho sea de paso), una investigación se inicia justamente para encontrar esas pruebas, no se buscan las pruebas para luego investigar. Por ello, investigar no viola ninguna libertad de prensa ni ningún debido proceso, salvo que, efectivamente, la Comisión no haya cumplido con algún requisito formal para hacerlo.

No nos olvidemos, entonces, de que aunque la prensa tiene la difícil tarea de investigar a quienes están en el poder, eso no significa que sean intocables ni que sean justos. No nos olvidemos de que la prensa también recibe coima y también voltea la mirada ante injusticias. No nos olvidemos de que la prensa también estuvo en la salida del SIN.

Así como los jueces han demostrado ser capaces de barbaridades a cambio de favores, ¿qué nos hace pensar que la prensa no puede hacer lo mismo? ¿Acaso no existe la posibilidad de que grandes periodistas hayan recibido plata de Odebrecht a cambio de algo oscuro? Hay que investigar a la prensa, por su propio bien, pero hay que fijarnos, también, de que se haga correctamente.

TAGS RELACIONADOS