Foto: GEC
Foto: GEC

Tal como se ha informado, el general PNP (r) Roger Arista Perea es el nuevo responsable de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), en reemplazo de Juan Carlos Liendo, quien renunció tras perder la confianza de la presidenta Dina Boluarte.

A diferencia de los cambios que ocurrían en la nefasta época de Castillo, acá el relevo no fue por un tema de corrupción o de incompetencia. En temas de Inteligencia, es normal y hasta saludable que exista una línea de mando fluida y de confianza entre el jefe de la DINI y el titular del sector, que es el presidente del Consejo de Ministros.

En este caso, Liendo fue nombrado durante el fugaz premierato de Pedro Angulo. Su sucesor ingresa con el visto bueno del premier Alberto Otárola. Arista Perea fue jefe de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior (Digimin), pero duró apenas tres días en el cargo, pues se resistió a someterse a los intereses criminales de Castillo.

En esa ocasión prefirió dar un paso al costado luego de recibir presiones para que la Digimin se hiciera la desentendida con la búsqueda del entonces prófugo exsecretario presidencial Bruno Pacheco.

Se sabe que Arista es un policía experto en temas de investigación. Por ahora puede decirse que, luego de mucho tiempo, el mayor órgano de inteligencia del país ha caído en las manos adecuadas, las de un profesional equilibrado y honesto, con una impecable hoja de servicios.

Se esperan buenos resultados y que el foco de atención no se desvíe hacia objetivos que no sean otros que los de la seguridad interna y externa para la mejor toma de decisiones de las autoridades. La turbulencia social, el adelanto de elecciones generales, la crisis económica, permiten augurar que le espera gran trabajo al general Arista. Es sabido que la labor de inteligencia es la que posibilita mejores resultados antes que una simple reacción a las provocaciones del extremismo político.

En lo que resta de su mandato, el gobierno debe defender, al menos en lo básico, la estabilidad económica del país, pero es tarea de las fuerzas de seguridad mantener la paz interna para que los próximos comicios se realicen sin contratiempos.