Cuando asistí a una conferencia sobre inteligencia artificial (IA), uno de los conferencistas pidió a los participantes que levantaran la mano si usaban la IA todos los días. Solo aproximadamente un 10% lo hizo. Sin embargo, después de la conferencia, el facilitador repitió la misma pregunta y cerca del 90% levantó la mano.
Si los adultos ya usamos la IA a diario sin darnos cuenta, ¿se debería permitir su uso en los colegios? Es cierto que la IA generativa, aquella que crea nuevo contenido en base a datos, es diferente de la IA predictiva, que se basa en datos para anticipar lo que ocurrirá en el futuro. Esta última es la más común. Es innegable que, cada vez más, la IA forma parte de nuestras actividades diarias.
Entonces, la pregunta correcta debería ser: ¿de qué manera podemos aprovechar la IA para que nuestros estudiantes aprendan? ¿Qué competencias se necesitan para desarrollar IA y vivir en un mundo donde su uso prevalezca?
Actualmente, las tendencias en el uso de la inteligencia artificial en educación ofrecen grandes oportunidades, como una mayor personalización del aprendizaje, la reducción de la carga administrativa de los docentes y la mejora en la eficiencia de la gestión escolar, tal como lo señala Ceibal en su publicación Construyendo la IA para la Educación (2024).
Sin embargo, su implementación también presenta desafíos que cualquier organización educativa debe considerar. Por ejemplo, el riesgo de ampliar las brechas digitales, ya que no todos los estudiantes tienen el mismo acceso a estas tecnologías; la protección de la privacidad de los datos, especialmente en el caso de menores de edad; y la perpetuación de desigualdades existentes. Además, se suma el gran reto del uso ético de la IA.
En algunos países, ya se está legislando o regulando su uso con base en investigaciones recientes. Es fundamental que estas regulaciones no respondan a intereses particulares, sino al bien común, y que sean flexibles, es decir, que incorporen mecanismos de actualización para adaptarse con prontitud a nuevos hallazgos.