Especialistas del Ministerio de la Mujer defenderán a nivel legal a la terramoza que denunció haber sido violada. (Getty)
Especialistas del Ministerio de la Mujer defenderán a nivel legal a la terramoza que denunció haber sido violada. (Getty)

En un país como el nuestro, donde la convivencia con la violencia se está convirtiendo alarmantemente en una constante, la decisión irracional, ilegal e inhumana de una fiscal que le da un portazo en la cara a una víctima de violación porque el delito no se cometió en su jurisdicción, no solo es indignante; es también una vergüenza para una sociedad que no termina de tomar conciencia sobre este flagelo.

El viernes amanecimos, nuevamente, con una historia de terror: una terramoza de 25 años fue dopada y ultrajada por dos desalmados, denunció el hecho, un médico legista confirmó el abuso, se enfrentó a sus agresores detenidos por la Policía pero… en plena manifestación ante la fiscal adjunta Karina Toledo Wong, esta se negó a continuar la diligencia porque la agresión no se había producido en Lima, sino en Ica y era ahí donde debía tramitarse la denuncia.

Un policía que presenció la escena ha reseñado que, tras escuchar a la fiscal, la joven, en shock, solo atinó a llorar. ¿Qué más podía hacer? Quien debía respaldarla y defenderla le dio la espalda, y sus agresores –uno de los cuales, incluso, le ofreció “disculpas” en un implícito reconocimiento de su delito– salieron en libertad sin que ella nada pudiera hacer.

Un día después de estos bochornosos sucesos, el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, ha declarado que “desalientan muchísimo” actitudes como la de la fiscal Toledo Wong, a quien ya se le inició un proceso disciplinario, y que habrá una “sanción ejemplificadora”.

El problema es que las buenas intenciones y los discursos no impedirán que se repitan situaciones como esta. Pedro Chávarry, el fiscal de la Nación electo que asumirá sus funciones el 21 de julio próximo, tiene el reto de articular políticas no solo en la interna del Ministerio Público, sino también con las otras instituciones involucradas, llámese Congreso, Policía Nacional, Poder Judicial, etc., porque el trabajo debe ser conjunto. El sucesor de Pablo Sánchez ya ha adelantado su punto de vista sobre investigaciones de coyuntura como los casos Lava Jato y Madre Mía. Falta saber qué hará para recuperar la vocación de servicio y la sensibilidad que también son importantes en la administración de justicia. No permitamos que se reediten más casos como el de esta terramoza que buscó justicia pero solo encontró indiferencia.