(Canal N)
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“Esta es tu casa, ven cuando quieras, quiero que me visites lo más que puedas, es más, con una ministra tan hermosa”, le dijo el actual ministro de Educación, Idel Vexler, a su antecesora Marilú Martens, en el evento público de traspaso de cargo. Para quienes no ven la gravedad del asunto, aquí les explico por qué es inaceptable.

1. Si una mujer no te pide tu opinión sobre su físico, inhíbete de darla. No existe el derecho constitucional a piropear. Excepciones a esta regla pueden ser relaciones de confianza amical/familiar/de pareja donde estas licencias estén dadas.

2. Si la opinión sobre el físico de la mujer se da en un contexto laboral/político/académico donde no importa en lo absoluto la apariencia, entonces la mención no solo está fuera de lugar, sino que linda con el acoso.

3. Comentarios de ese tipo en ese contexto resultan descalificantes porque el centro de atención dejan de ser los méritos personales o profesionales y se centra en subjetivos estándares de belleza.

4. Una mujer no tiene por qué aceptar obligatoriamente, por protocolo o por “cortesía”, el beso de nadie.

Si el ministro saliente hubiese sido hombre, ¿se habría dado la misma situación?