El presidente le reclamó al Congreso que han pasado 40 días y no han tomado como prioridad la reforma constitucional. (Palacio de Gobierno)
El presidente le reclamó al Congreso que han pasado 40 días y no han tomado como prioridad la reforma constitucional. (Palacio de Gobierno)

La cuestión de confianza anunciada el domingo por el presidente Martín Vizcarra tuvo efectos inmediatos. En solo unas horas, la Junta de Portavoces del Congreso acordó convocar a un Pleno –que se realizará hoy– para aprobar el proyecto de reforma del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM); recibir al premier César Villanueva para que sustente la solicitud de respaldo; y, además, fijó el 4 de octubre como fecha máxima para aprobar las cuatro propuestas para cambiar el sistema político y judicial. ¿No se podía actuar antes con la misma celeridad?

La audacia y firmeza con la que actuó el mandatario puso en jaque a los parlamentarios, sobre todo a los de Fuerza Popular, que ayer de pronto aseguraban que siempre estuvieron comprometidos con el planteamiento del gobierno, cuando en realidad, con sus actitudes, demostraban todo lo contrario. El titular del Legislativo, Daniel Salaverry, incluso, dijo que había “mucho tiempo”, hasta 2021, para discutir las propuestas.

Como Jalisco nunca pierde, los fujimoristas pusieron ayer algunos reparos al pedido del presidente alegando que tiene “vicios de inconstitucionalidad” y cuestionando temas meramente de forma, como que debió convocar a una sesión plenaria extraordinaria y no a una legislatura extraordinaria para debatir la cuestión de confianza. Otros congresistas, como Mauricio Mulder (Apra), intentaron minimizar la acción del jefe de Estado al señalar que se trataba de la primera cuestión de confianza y, por tanto, no había riesgo para una eventual disolución del Legislativo, algo que no tiene sustento pues se trata del mismo gobierno elegido para el periodo 2016-2021. Así lo hizo notar el premier Villanueva al explicar que la caída del gabinete Zavala fue la primera de esta administración.

Salvo esos rezagos obstruccionistas, las aguas volvieron a su nivel. Daniel Salaverry comunicó que se acogerán todas las reformas y que hoy se aprobará la primera de ellas, y la principal en este momento, que es la judicial. Una reforma que toda la ciudadanía espera y que ha sido manifestada a través de encuestas, masivas marchas y desde las redes sociales.

Por otro lado, la convocatoria de Vizcarra a Palacio de los voceros de las bancadas ayudó a la distensión. Tras la reunión, todos salieron tranquilos.
Queda claro, pues, que con voluntad política sí se podían aprobar las normas necesarias para realizar los cambios que el país necesita.

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