IR e IGV empujan recaudación. (USI)
IR e IGV empujan recaudación. (USI)

El Impuesto General a las Ventas (IGV) recauda más, se paga cada vez que compramos o contratamos. Ha vuelto a ser noticia por exoneraciones pendientes (libros), por otras que se eliminan por inversión pública (Amazonía) y por la necesidad de que lo paguemos todos, eliminando la informalidad. Funciona así: el impuesto que se pagó en la compra se recupera como crédito contra el impuesto que se debe pagar en la venta. Entonces, si de la venta deduzco la compra, el impuesto grava solo el valor agregado en cada etapa.

Sin embargo, el consumidor final sí paga el impuesto total porque no tiene ventas para recuperar el crédito. Por eso, al consumidor se le entrega boleta con el precio sin desagregar el IGV, porque no le será útil. En cambio, a las empresas se les da factura, que discrimina el IGV para que se recupere en la próxima venta. De ahí que el control sobre las facturas sea vital, porque el IGV que registra es dinero que se devuelve. Si no se emiten las facturas, se evade el impuesto. Y si se falsifican, se roba el crédito. ¿Qué hacer?

La Sunat sabe por dónde se cuela el contrabando, cuáles son los mercados informales, quiénes los controlan y cómo hacen el fraude. Pero falta coraje político para destruir intereses criminales, inteligencia policial para operaciones y sensibilidad social para programas alternativos de empleo, que habrá gente que quedará sin trabajo. Es una tarea urgente. Si la recaudación tributaria es como el sueldo de un país, al Perú no le alcanza para el gasto social, déficit fiscal le dicen. Recaudamos 25% menos que Chile y Colombia. Eliminando la informalidad, los empatamos. Vale la lucha contra la corrupción política, pero también hay que limpiar la economía. Es mi deseo fiscal para el año que viene.

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