Ni una menos. Lápidas con nombres de las víctimas encabezaron marcha contra violencia a la mujer.
Ni una menos. Lápidas con nombres de las víctimas encabezaron marcha contra violencia a la mujer.

Desde su fundación, Perú21 ha hecho suyo el reclamo de las mujeres y, con el tiempo, se ha convertido en una tribuna desde donde se vigila el respeto de sus derechos y se batalla para que accedan a las mismas oportunidades. La carga de odio que caracteriza la violencia que contra ellas se ejerce en nuestro país, sobre todo en los últimos tiempos, obliga a este diario a ratificarse, expresamente, en su convicción.

Según cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, en pleno siglo XXI, todavía el 54% de los peruanos “acepta y justifica la violencia contra la mujer”. Y pese a las reiteradas campañas de visibilización de este problema social y de sensibilización a los encargados de administrar justicia para sancionarlo, los resultados siguen siendo frustrantes.

De ahí la necesidad de encararlo con solvencia y decisión. No se trata de “atizar odios” o festejar “excesos judiciales populistas”, sino de impartir justicia a partir de una valoración imparcial de pruebas, en defensa de las víctimas y con el propósito de lograr una sociedad más sana. Amenazar a su enamorada con un cuchillo, un arma mortal, y arrastrarla por la calle, como lo hizo Martín Camino, no admite penas benignas. Sin la intervención de los vecinos, el destino de la víctima pudo ser fatal.

Cuando un hombre machista, misógino, abusador, manifiesta su dominio y superioridad sobre su pareja golpeándola, humillándola, insultándola y ella responde poniéndole un alto a ese sometimiento, dejándolo; su reacción es brutal. Llega cargada de odio, de ira, de soberbia, de violencia; cuando esa reacción termina en la muerte de la mujer, se llama feminicidio.

El feminicidio no es un homicidio: es el asesinato de una mujer en manos de un hombre con el que tuvo una relación emocional que se tornó insana y violenta. Un hombre que no soportó el rechazo. Que no toleró a una mujer autónoma, independiente, autosuficiente. Es un crimen de género que se incrementa en una sociedad, como la nuestra, en la que las mujeres empiezan a revalorarse, valerse por sí mismas y destacar.

Ciento cuarenta y nueve mujeres murieron en 2018, víctimas de hombres enajenados por el machismo y la misoginia. Apenas termina el primer mes de 2019 y suman 14 casos. Todo indica que esta cifra seguirá incrementándose; aun así, hay gente que no logra distinguir entre homicidio y feminicidio.

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