Sueño con un país en el que los ciudadanos respeten las leyes, en el que las autoridades reformen el sistema que promueve la ineficiencia y la corrupción. Sueño con un gobernante que lidere el desarrollo. Sueño con la capacidad de quienes tienen a su cargo la cadena de responsabilidades que comienza en la Policía, pasa por la Fiscalía, continúa en el Poder Judicial y termina en la administración de las cárceles para que aseguren que los crímenes no queden sin castigo efectivo y que cada una de las normas sea aplicada escrupulosamente para tener la certeza que, ante el sicariato, robos agravados, asesinatos, violaciones y feminicidios, habrá, al menos, justicia, para que las familias puedan reconstruirse y entregarse a sus duelos con dignidad.