“El turismo formal no propaga el virus. El foco no está en aviones, hoteles, restaurantes o lugares turísticos. Todos ellos cumplen protocolos muy estrictos”. (Foto: Ernesto Benavides)
“El turismo formal no propaga el virus. El foco no está en aviones, hoteles, restaurantes o lugares turísticos. Todos ellos cumplen protocolos muy estrictos”. (Foto: Ernesto Benavides)

El turismo está entre dos fuegos. No solo lidia con la pandemia. También se enfrenta a un Estado que, seamos francos, no facilita la reactivación. Tras un año parados, la situación no da para más. O empezamos a abrir paulatinamente el sector, o las empresas que aún no han cerrado lo harán pronto.

El turismo formal no propaga el virus. El foco no está en aviones, hoteles, restaurantes o lugares turísticos. Todos ellos cumplen protocolos muy estrictos. ¡Por algo la WTTC nos otorgó el sello Safe Travel! Acá el gran transmisor es la informalidad. Ejemplos sobran: Colectivos llenos de tope a tope, sin ningún control sanitario. Restaurantes informales que abren a vista y paciencia de todos, sin un solo protocolo. Es inconcebible que ellos operen, sin seguridad sanitaria, mientras el turismo formal permanece atado de manos.

El Gobierno ya dio un paso importantísimo con el desconfinamiento. Ahora toca dictar medidas para que la industria pueda trabajar. Replanteando normas claramente contraproducentes. Como la prueba de antígenos para vuelos domésticos. Si el movimiento por carretera es mayor y nadie lo controla, ¿por qué ponerle esa barrera extra al turismo interno? Lo mismo con las cuarentenas para extranjeros. ¿Queremos atraer divisas o ahuyentarlas? Sobre la prohibición de autos los domingos, a nivel pandémico no ganamos nada; pero hacemos inviables los viajes de fin de semana en carro, qué tanto ayudarían al sector. Y por supuesto, el INC debe abrir todos los sitios turísticos. Están en lugares abiertos y el tráfico esperado sería reducido, así que el distanciamiento no sería problema.

Exigimos medidas concretas, que generen confianza y nos permitan retomar la actividad. El Estado debe actuar. Al sector turismo ya se le acabó el tiempo. ¡Es hora de ganarle al miedo!



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