Cuando converso con Lucas me dice que más o menos hace 10 años le gustaba destapar a su mamá –mientras ella dormía– para mirarla y, una que otra vez, se animaba a tocarle la pierna despacito. Tenía miedo de que ella se despertara. También le gustaba mirar a su hermana mayor cuando esta se cambiaba. Pero que ahora ya no le gusta hacerlo. "Será porque ahora me gustan ellos", dice sonriendo.