RETO. Fujimorismo espera presidir el Congreso por tercera vez. (Mario Zapata/Perú21)
RETO. Fujimorismo espera presidir el Congreso por tercera vez. (Mario Zapata/Perú21)

¿Se imaginan lo que pasaría si un legislador pinochetista o defensor del régimen de Rafael Videla dijera que la historia oficial de Chile o Argentina vale madre, mientras aprovecha su poder temporal, efímero, para imponer su narrativa con recursos públicos?

Así se ve esta nueva etapa del esfuerzo negacionista que debemos enfrentar los peruanos, ahora materializado en el proyecto del congresista Galarreta, en alianza con el alcalde Castañeda, para construir una alameda que contará “la verdadera historia de este país”. ¿Cómo es posible que el Estado desconozca la historia proporcionada por el mismo Estado?

Este episodio evidencia lo poco que se ha hecho por construir sobre lo que se avanzó con la CVR 15 años atrás, que logró en su momento un amplio consenso en la sociedad, los partidos políticos y las mismas fuerzas armadas.

La periodista Alejandra Campos recordó en su columna de El Comercio que en 2003, el teniente general Arias Graziani, comisionado de la CVR, dirigió una carta a Salomón Lerner en la que decía que “la comisión que Ud. dignamente preside ha cumplido con seriedad y esmero encomiable su cometido, pues consta a todos la esforzada tarea que ha realizado con el propósito de buscar la verdad de lo que sucedió en los 20 años de violencia que azotó a nuestro país”.

La verdad puede ser incómoda, pero combatir el olvido es una forma poderosa de hacer justicia y, por eso mismo, siempre existirán esfuerzos por tapar la historia. Imposiciones como las del congresista Galarreta y el alcalde Castañeda, adulterando deliberadamente la historia, solo profundizan la herida abierta de nuestro país que continúa sangrando en gran medida debido a que la reconciliación se ha levantado sobre cimientos terriblemente precarios.