Las cifras más recientes de inflación nos brindan una buena perspectiva de uno de los pilares de nuestra estabilidad económica. Según el Informe del INEI de octubre de 2024, la inflación anual en Lima Metropolitana fue de 1.78%, consolidando el retorno a inflaciones bajas tras largos meses de presiones alcistas. Este logro no es casualidad, sino el resultado de la prudente y eficaz labor del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), que ha sabido maniobrar con precisión sus herramientas monetarias en medio de un escenario global desafiante.
Desde 1997, Perú ha logrado mantener la inflación en niveles por debajo del 10%, alcanzando un hito que pocas economías en América Latina pueden igualar. Este logro no es fruto de la casualidad, sino de un conjunto de políticas económicas prudentes y coordinadas, lideradas por el BCRP. Durante más de dos décadas, el país ha sabido adaptarse a escenarios internacionales cambiantes, a crisis financieras y a diversas presiones internas y externas, sin que la estabilidad de precios se viera seriamente comprometida.
Este récord histórico de inflación de un solo dígito, que cubre más de 331 meses consecutivos, es un testimonio del éxito del modelo económico peruano basado en una política monetaria ortodoxa, disciplina fiscal y un tipo de cambio relativamente estable. Mientras que otros países de la región han enfrentado crisis inflacionarias cíclicas, Perú ha logrado diferenciarse como un caso excepcional, lo que le ha permitido consolidarse como un destino atractivo para la inversión extranjera y mejorar el bienestar económico de sus ciudadanos.
El Banco Central ha sido el principal arquitecto de esta estabilidad. Su enfoque basado en una combinación de ajustes en las tasas de interés y una estricta vigilancia de las presiones inflacionarias ha resultado en la moderación de la dinámica creciente de precios. La política monetaria fue particularmente efectiva al frenar los efectos de la inflación importada, producto del aumento de los precios de los alimentos y el combustible a nivel global.
Este hecho nos recuerda lo que ha sido uno de los mayores éxitos de las reformas de los noventa que nos trajo la construcción de una verdadera institucionalidad económica que genera envidia sana en el mundo emergente y desarrollado. Claro, no falta en el país la presencia de una sarta de congresistas que viven en la luna, que no son conscientes de la importancia de este pilar económico. Algunos de ellos, esta semana, lanzaron preguntas irrespetuosas y fuera de lugar al presidente Julio Velarde durante una comparecencia en el Congreso de la República. Es una lástima que las herramientas de gestión del Banco Central no tengan el poder para controlar la terrible “hiperinflación de ignorantes” que abunda en el Poder Legislativo.