¿La situación de la mujer ha mejorado desde la creación del Ministerio de la Mujer?Sí, hemos avanzado, pero no lo suficiente. Este ministerio ha pasado por varias reestructuraciones –estuvo a cargo de los programas sociales, por ejemplo–, pero hoy nos hemos concentrado en la mujer y en las poblaciones vulnerables: niñez, familia, discapacitados, adultos mayores, desplazados y comunidades nativas. Vivimos una situación paradójica: a pesar de que la mitad de nuestra población es femenina, que la mayoría de votantes son mujeres y que el 40% de militantes de los partidos también lo es, aún son una minoría las que están en los espacios de decisión: quizás solo un 10%; por eso el reto es enorme. La igualdad no se evidencia, y no solo en el ámbito estatal, sino también en lo privado, en la academia.