(Renzo Salazar)
(Renzo Salazar)

Redacción PERÚ21

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Gustavo Rodríguez no solo es un reconocido publicista. En su faceta de escritor acaba de publicar su quinta novela: República de La Papaya, que narra el despecho amoroso en medio de una campaña presidencial. Precisamente, el ex asesor de Toledo contra Fujimori también analiza la carrera electoral.

Uno de los personajes de su libro es una primera dama que busca llegar a la presidencia. ¿Pensó en Nadine Heredia?Para nada. En la novela la primera dama es, más bien, lo contrario de lo que uno cree popularmente sobre Nadine: que pisa al marido. Se trata de una mujer que trata de escapar del influjo gravitacional de su esposo, un personaje arrollador.

República de La Papaya parece una versión actualizada de lo que comúnmente llamamos república bananera. Más vinculada a las relaciones personales en el poder.De acuerdo… Pero no busqué hacer una fotografía social, sino partir de los espacios íntimos de los actores de una elección presidencial, entender de qué manera los delirios personales de cada uno terminan impactando a nivel masivo. He catalogado esta novela como la historia de un despecho amoroso en una época de despechos políticos.

¿Cómo nace el libro?Quería escribir sobre qué tanto nos cuesta a los seres humanos soltar un afecto.

Así como es difícil separarse de una persona, también es complicado dejar el poder que tanto le enamoró, ¿no?Sí, has dado en el clavo. Solemos encontrar sucedáneos al amor que nos faltó en otras manifestaciones y nos estrellamos terriblemente contra ellas. Hay un personaje en la novela que postula que los políticos buscan votos como si buscaran los besos esquivos de su madre.

Nadine también se enamoró del poder, ¿no?Probablemente. El poder no cambia a las personas, sino revela sus carencias. Si ella se obnubiló rápidamente quizá tenga que ver el hecho de que no haya estado férreamente constituida por dentro en una etapa crucial de su vida.

¿Cómo ve la campaña electoral?Es la campaña más desestructurada estratégicamente que he podido ver en toda mi vida. Salvo excepciones como Verónika Mendoza o Alfredo Barnechea y Alan García por ratos, no ves una idea inspiradora que llame a la gente a elegir, usando el mix de corazón y razón.

Guzmán parecía que, al menos, tenía la intención de estructurar algo.Sí, pero al final ha mostrado más emoción pero poca sustancia en propuestas. A él lo hace distintivo ser un desconocido. La frescura y la novedad son requisitos que todo candidato debe enunciar siempre.

¿La comparación de Acuña con Luther King fue un error? Hay cosas que la publicidad no puede tapar. Mayormente, la publicidad es solo un accesorio dentro de una estrategia grande de comunicación. El principal vehículo de comunicación es el candidato mismo: los enunciados que postula, las emociones que inspira, su actitud…

¿Cómo se explica que Acuña haya llegado, en su mejor momento, al segundo lugar?En primer lugar, porque él comparte con Guzmán otro atributo: ser nuevo en una elección. En segundo lugar, su historia, si la limpias de manchas, es de respeto; se hizo de abajo y apostando por la educación ha llegado a ser un empresario de éxito. Suena bien, pero métele todas las sombras que tiene Acuña y te vas a dar cuenta de que es un personaje casi perverso.

¿Perverso voluntariamente?Sí. Acuña es un zamarro, conoce sus limitaciones y ha sabido jugar con ellas, pero llega un momento en el cual tu ficción tiene que contrastarse con la realidad y es ahí donde empieza a desenmascararse.

¿Llegaremos a tener una presidenta?Depende de quién tenga Keiko al frente en la segunda vuelta. Si es Guzmán o Barnechea, la tendría mucho más difícil. Con los demás, veo más probable que gane.

¿Qué opina de la candidatura de Verónika Mendoza?Es una buena candidata, pero aún no para una elección presidencial. Le falta peso. Tiene una carga de no novedad con sus aliados de la izquierda. No ha podido conectar mucho a nivel masivo con una estrategia de comunicación moderna. Pero es una muy buena política y merece mejor suerte.

¿Quién puede llenar el vacío de Guzmán si es que deja la carrera electoral?Depende de cómo analices al electorado. Si lo haces desde el punto de vista de alguien que busca novedad, lo más probable es que gire la mirada hacia Barnechea o Mendoza… quién sabe PPK.

¿Qué debe hacer Barnechea para ganar más votos?Lo que hizo muy eficientemente Castañeda en su primera época de alcalde: coordinar microondas a las 7 a.m., mientras la gente está desayunando o bañándose, para que aparezca masivamente chambeando, rodeado de gente en los lugares más disímiles.

¿No le aconsejaría llegar a extremos, como el de PPK en la campaña pasada, para agradar a la mayoría y quitarse esa aura señorial que tiene?No lo veo bailando huaino, pero sí recitando un vals. El rodearse de gente y sonreír con ella le podría quitar el sambenito de que es un descendiente de los virreyes.

¿Alan, PPK y Toledo ya son cadáveres electorales? Diría más eso de Toledo. Me da mucha pena porque es un hombre enfermo. El grueso de la gente ve a un político en desgracia, pero yo veo a un alcohólico, y eso es algo serio.

¿De Alan qué espera?Debe estar jugando a ser un rompehielo que avanza tratando de que en el camino se aparte la candidatura de Guzmán para proclamar que él es el único que puede vencer a Keiko.

¿Quién ganará la elección?No me preguntes en qué caja se va a meter el cuy.