Guerra en Tierra Santa

“La irracionalidad del ataque de Hamás no remite solo al conflicto de los territorios ocupados que desde hace décadas enfrenta a Palestina e Israel. El factor geopolítico también juega un oscuro papel en este nuevo episodio de sangre entre ambas naciones”.
"Las democracias del planeta deben cerrar filas contra los fundamentalismos y, especialmente, contra el terrorismo asesino". (Foto: EFE/ Mohammed Saber)

El brutal ataque terrorista del grupo Hamás a civiles israelíes desarmados ha sido condenado unánimemente por autoridades de todo el mundo. La organización fundamentalista palestina puso en juego la carta más dura en lo que va de su declaratoria de guerra contra el Estado de Israel, cuyo primer ministro, Benjamín Netanyahu, ya anunció que responderá “con fuerza en todas partes”.

“Esta guerra llevará tiempo. Será difícil. Nos esperan días desafiantes. Sin embargo, puedo prometer una cosa: con la ayuda de Dios, las fuerzas que todos tenemos en común y nuestra fe, venceremos… a pesar del precio insoportable (que haya que pagar)”, añadió Netanyahu en un comunicado oficial

La masacre perpetrada por el yihadismo ha cobrado la vida de casi un millar de personas, entre civiles y militares, en territorio israelí, mientras que se mantiene a casi un centenar de prisioneros en calidad de rehenes. Los observadores temen que estos sean usados como escudos humanos durante los bombardeos israelíes a la Franja de Gaza, donde ya se registran unos 600 muertos bajo el intenso fuego aéreo, luego de que el primer ministro israelí ordenara un bloqueo total que la ha dejado sin suministros de electricidad, gas, agua ni víveres

La irracionalidad del ataque de Hamás no remite solo al conflicto de los territorios ocupados que desde hace décadas enfrenta a Palestina e Israel. El factor geopolítico también juega un oscuro papel en este nuevo episodio de sangre entre ambas naciones, pues no se descarta que Irán estuviera detrás de esta embestida. Los ayatolas iraníes habían venido condenando a viva voz una posible reanudación de relaciones comerciales entre el Estado judío y Arabia Saudita, tomando esas negociaciones como una afrenta al pueblo musulmán.

Lo cierto es que jamás se había visto en las acciones de este grupo terrorista un despliegue bélico tan letal y estratégicamente planificado como el del sábado último. Y eso sí, los servicios de seguridad e inteligencia israelíes, que se precian de ser los mejores del mundo, han quedado por las patas de los caballos, pues el artero asalto yihadista los tomó completamente por sorpresa.

Las democracias del planeta deben cerrar filas contra los fundamentalismos y, especialmente, contra el terrorismo asesino.

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