La legisladora Rosa Bartra dirige la sesión de la Comisión de Constitución en la que se debate el tercer dictamen de la reforma política. (Foto: Congreso)
La legisladora Rosa Bartra dirige la sesión de la Comisión de Constitución en la que se debate el tercer dictamen de la reforma política. (Foto: Congreso)

Distintos voceros del fujimorismo han retomado la campaña que busca sembrar la idea de que vivimos en una dictadura. Lo cierto, sin embargo, es que esta nueva narrativa política es una reminiscencia fallida de lo que sí vivimos en los años noventa.

Así, recientemente vimos a la congresista Rosa Bartra decir que “estamos viviendo tiempos de dictadura”. Lo dijo durante una entrevista en la radio con mayor audiencia en el país, donde, además, se le permitió decir de todo, atacar a quienes discrepan de ella y hasta deslizar que ciertos periodistas son criminales. Interesante dictadura esta donde se permite a la oposición discrepar abiertamente del gobierno.

La bancada fujimorista, esta vez como colectivo, hizo lo mismo en una conferencia de prensa en los Pasos Perdidos del Congreso, transmitida en vivo por casi todos los medios de comunicación que ellos mismos han acusado de parcialiazados y vendidos. En la conferencia acusan que “la intromisión del presidente en organismos autónomos nos hace convencer de que no estamos en un régimen democrático, sino en uno que apenas guarda las apariencias de tal”. Qué dictadura rara esta donde la oposición tiene acceso a medios y total libertad para expresar lo que quiera, ¿no?

Lo mismo sucede con las comisiones del Congreso en las que la oposición fujimorista aún mantiene control y decide a su gusto a quién investiga y a quién no. Ya quisieran la oposición venezolana o china tener la posibilidad de hacer eso, donde sí enfrentan un copamiento institucional que imposibilita el trabajo fiscalizador.

Podemos estar de acuerdo o no sobre la pertinencia de la cuestión de confianza que presentó Vizcarra en su momento y las reformas que se viene impulsando, pero es innegable que todas esas propuestas se han encauzado mediante vehículos constitucionales.