Prueba permitirá descartar malos elementos antes que sean admitidos en la institución. (Foto: USI)
Prueba permitirá descartar malos elementos antes que sean admitidos en la institución. (Foto: USI)

Desde que Carlos Basombrío asumió la cartera ministerial del Interior, una serie de megaoperativos empezaron a develar el ilícito accionar de las bandas que venían poniendo en vilo la seguridad de los ciudadanos, principalmente en la costa. Este importante trabajo policial vino acompañado de un potente plan de incentivos económicos para quienes ayuden a dar con el paradero de aquellos que integran la “lista de los más buscados”. Los resultados han sido, a todas luces, positivos. Y lo importante es que esa política pública se ha mantenido.

La semana pasada, por ejemplo, la Policía y el Ministerio encajaron un durísimo golpe al crimen organizado en Tacna, donde desarticularon una mafia integrada por varias autoridades de la región del sur. La cosa está funcionando: la interesante pinza entre la decisión política, la participación de la ciudadanía y un arduo trabajo de inteligencia ha permitido desbaratar a decenas de grupos delincuenciales y ponerles, de inmediato, tras las rejas. Es una política pública que debe, sin duda, fortalecerse y llevarse a otro nivel.

Los incentivos quedan perfectamente alineados para que todas las partes sumen desde su lugar a que el crimen organizado se reduzca y para que las mafias pierdan terreno de acción. En Perú21 consideramos que esta forma de trabajar debe, previo análisis, aplicarse en las diferentes latitudes del país para poder perseguir no solo a los delincuentes comunes, sino también a aquellos que hacen de las suyas doblando la ley con saco y corbata y usando leguleyadas para apropiarse de lo que no es suyo. Como ocurre en miles de casos.

Todo parece indicar que el nuevo director de la Policía, el general Lavalle, y su jefe, el ministro Morán, tienen la intención de continuar con fuerza con estas acciones policiales, pues desde que empezaron sus gestiones, se han dado ya varios golpes. Esperamos que este nuevo impulso que la Policía ha tomado ayude realmente a combatir la delincuencia más lesiva y más violenta de nuestro país: la extorsión, el sicariato, el tráfico de drogas y de terrenos, y, en general, la que está vinculada con usos indebidos de poder. Los resultados hablan solos y lo bueno no solo debe rescatarse, sino que debe replicarse.

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