[Opinión] Camila Bozzo: Una presencia inadmisible

A la interferencia del secretario general de Palacio de Gobierno en el proceso de ascensos al interior de las Fuerzas Armadas, se suma la presión que ha ejercido ante el superintendente de la Sunat, Luis Enrique Vera, para favorecer a personas o empresas amigas.

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A solo tres meses del cambio de mando, el señor Bruno Pacheco lleva a cuestas un preocupante legajo de influencias indebidas. La evidencia es palpable y demuestra que Pacheco, la mano derecha del presidente, está aprovechando el espacio de poder que ocupa (al que logró llegar luego de que se hayan rebajado los requisitos profesionales y técnicos del puesto) para sacar provecho propio. La visión del Estado como botín, del amiguismo y el compadrazgo antes que del servicio público.

Más allá de las responsabilidades administrativas y penales que le corresponden al señor Pacheco, es inadmisible que este gobierno siga teniendo entre sus filas a un personaje con dichas credenciales. Es una afrenta moral al país y contradice el discurso de lucha contra la corrupción del presidente Castillo (que a estas alturas sabemos que es fútil palabrería).

Esperemos que la premier se imponga y logre que el presidente expectore a este personaje que, por más cercano y de confianza que sea, es indigerible para la moral del país.

Es también necesario, como lo ha solicitado Proética a través de un comunicado difundido ayer, que se corrijan los perfiles para puestos de Alta Dirección alterados para permitir distintas designaciones; también que se reactive la Unidad de Integridad del Despacho Presidencial que fue desactivada en agosto de este año. Esperemos que Mirtha Vásquez pueda enmendar el rumbo de este gobierno que parece mirar de soslayo la ética en la gestión pública.

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