El ideal de gobierno electrónico es un sistema eficiente, accesible y transparente que ahorra tiempo a los ciudadanos y también combate la corrupción y mejora la calidad de los servicios públicos. Según algunos indicadores internacionales, Perú ha hecho avances significativos, pero los rankings no siempre cuentan la historia completa. Detrás de estos logros en servicios digitales gubernamentales, persiste la brecha en el acceso universal, la adopción masiva de tecnologías y el desarrollo del talento digital.
En el Índice de Desarrollo de Gobierno Electrónico de la ONU, Perú ocupa el puesto 59 de 193 países. En el Índice de Madurez en Tecnología Gubernamental del Banco Mundial, subió al puesto 14 de 198 economías, destacándose como el segundo mejor en América Latina. Pero, en el Ranking de Competitividad Digital Mundial Perú se encuentra en el puesto 57 de 63 países, lo que sugiere que el desarrollo del gobierno electrónico no se traduce directamente en una digitalización más profunda en el país.
Por ejemplo, el 44% de los adultos peruanos han sido desaprobados en capacidades tecnológicas, según el Instituto Peruano de Economía. Este déficit de talento digital limita la competitividad de empresas y la capacidad de los ciudadanos para participar activamente en la economía digital.
Se debe promover una digitalización integral que fomente la adopción masiva de tecnologías avanzadas y desarrolle competencias digitales críticas. Todas las plataformas digitales del Estado deben ser inclusivas y accesibles, diseñadas para servir como un puente hacia un ecosistema digital más robusto.
La clave está en integrar el talento y la innovación tecnológica en todos los sectores, asegurando que ningún peruano quede fuera de esta revolución digital.