La última encuesta de Ipsos muestra que la aprobación del presidente Vizcarra ha caído por segundo mes consecutivo y se encuentra en 48%, mientras que un 43% lo desaprueba. Sin embargo, si bien su aprobación mantiene niveles muy aceptables, el presidente no puede seguir esperando que el Congreso apruebe el adelanto de elecciones para empezar a gobernar.

Desde que empezó el gobierno de Vizcarra, su aprobación ha estado sujeta a grandes anuncios, como el referéndum por la reforma del sistema de justicia o la propuesta de adelanto de elecciones. Ambas medidas han tenido el mismo efecto: un aumento inmediato de la aprobación de Vizcarra y luego, cuando pasa la euforia, empieza un descenso lento hasta un nuevo anuncio que renueve el entusiasmo. Aquello parece haber sido el método de supervivencia del Ejecutivo durante más de un año. Sin embargo, la población está dando señales de querer que el gobierno priorice otras cosas y no solo el adelanto de elecciones.

Por ejemplo, el 41% de los que desaprueban a Vizcarra lo hace porque no está luchando contra la corrupción, mientras que un 30% porque no se ven mejoras en la economía, y el 29% porque no mejora la seguridad ciudadana.

Entonces, sería muy ingenuo creer que, únicamente defendiendo el adelanto de elecciones, el presidente mantendrá su aprobación. Debido a que el porcentaje de apoyo a aquella medida ha caído dos puntos, mientras que la cifra que se opone ha aumentado cuatro puntos. Asimismo, el apoyo a una posible vacancia aumentó seis puntos (30%), mientras que un 65% se opone. Por ello, Vizcarra debe interpretar mejor el sentir de la población, que exige que se empiece a priorizar la seguridad ciudadana y la economía; porque el show político entretiene a la población, pero los ciudadanos no comen ni viven de la política.

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